Al fijar su postura, el PT –en voz del diputado Gerardo Fernández Noroña– explicó que para “visitar casa por casa” o para “realizar brigadas” se requieren de recursos económicos, por lo que consideró que una reducción de estos sería “irresponsable”.
“Sólo en Venezuela no hay financiamiento público y se equivocan los compañeros (…) De ahí a suicidarnos políticamente, de sostener estas posiciones absurdas de retirar el financiamiento, es un acto de cobardía”, expresó Fernández Noroña.
Los legisladores del PVEM también se sumaron al rechazo. Marco Antonio Gómez dijo que sin una reingeniería al sistema de partidos se puede afectar hasta el conteo adecuado de votos.
“La mera reducción del financiamiento público a los partidos, sin un ejercicio de reingeniería legal puede ocasionar riesgos tales como la insostenibilidad de actividades permanentes, la búsqueda de financiamiento ilegal y, sobre todo, debilitar la equidad en la contienda, la cual tiene igual de importancia que el conteo adecuado de votos. Ese fue el problema de 2006 y de 2012”, recordó.
Verónica Juárez, coordinador de la bancada de la Revolución Democrática señaló por su parte que si la idea era la de ahorrar recursos, el gobierno federal debía de hacerlo en la estructura de los servidores de la nación y sus coordinadores, funcionarios clave en la operación de los programas sociales.
“¿Por qué no, si de verdad quieren ahorrar, si es auténtica la política de austeridad que pregonan Morena y el presidente de la República, por qué no eliminan la nómina y los gastos de operación de los servidores de la nación y sus coordinadores? Tan solo con ello, tan solo con ello se ahorrarían 3 mil 300 millones de pesos anuales”, cuestionó.
Iván Arturo Rodríguez, del PAN, dijo a su vez que la reforma buscaba “asfixiar hasta el exterminio” a los partidos de oposición y que no se trataba de ahorros porque “para malgastar el dinero de los mexicanos, el presidente se pinta solo”.