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'Acupuntura hídrica' en CDMX, estrategia con riesgos y que requiere evaluación

Expertos consideran que es difícil medir la efectividad de los pozos de absorción para recargar el acuífero y advierten riesgo en la calidad del agua.
sáb 26 julio 2025 07:00 AM
El riesgo que representa el plan de acupuntura hídrica en CDMX, ¿en qué consiste?
El 30 de junio, la jefa de Gobierno capitalina, Clara Brugada Molina, encabezó la presentación de los 100 Puntos de Acupuntura Hídrica en la Ciudad de México.

Con 100 pozos de infiltración en el programa de ‘Acupuntura hídrica’, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, busca comenzar a revertir la tendencia de sobreexplotación del acuífero capitalino.

No obstante, especialistas advierten que la estrategia tiene el riesgo de aplicarse “a ciegas”, pues se tiene poca información sobre el estado del acuífero en la Ciudad de México.

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Juan Manuel Núñez, académico del Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad (CENTRUS) de la Universidad Iberoamericana, pone como ejemplo que se desconoce cuánta agua tiene aún el acuífero y cuánta se extrae.

Tampoco tenemos mucho conocimiento de lo que sucede del nivel del suelo hacia abajo de esta ciudad. Es decir, sabemos que está el acuífero del cual extraemos agua (…) pero no sabemos cuánta agua queda, lo que sabemos es que extraemos más agua de la que recargamos.
Juan Manuel Núñez, académico de CENTRUS.

Cada año se estima que el acuífero del Valle de México se recarga con alrededor de 700 millones de metros cúbicos, pero se le extraen un estimado de 1,300 millones de metros cúbicos de agua, de acuerdo con el artículo ‘El agua en la Ciudad de México’ publicado en la Revista Ciencias de la UNAM .

El plan de absorción capitalino

Este 2025 se realizará la rehabilitación de 93 pozos de absorción y sumideros ya existentes en las alcaldías Iztapalapa, Tlalpan, Álvaro Obregón, así como la construcción de seis pozos de absorción nuevos en Tlalpan, Xochimilco e Iztapalapa, además de una represa de infiltración en Cuajimalpa.

“Es pensando en que el cuerpo de la ciudad tiene desequilibrios y entonces vamos a intervenir en muchos puntos de la ciudad, en donde podamos lograr infiltrar millones de litros de agua de lluvia”, aseguró la mandataria capitalina al presentar el programa el 30 de junio.

Brugada aseguró que la construcción de nuevos pozos de infiltración continuará en los próximos años y que cada obra nueva realizada por el Gobierno de la Ciudad de México deberá tener uno de estos pozos, incluyendo las 100 Utopías que proyecta construir en su sexenio.

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Para que los pozos de infiltración puedan contribuir a recargar al acuífero un factor vital es su localización, señala Jesús Campos, vicepresidente del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM).

“Tendríamos que estudiar muy bien en dónde construir esos pozos de absorción porque si los hacemos en zonas en donde son de arcillas difícilmente los pozos de absorción van a tener éxito. Creo que esos pozos de absorción tendrían que ser en zonas volcánicas, en donde se facilite la infiltración del agua”, explica el especialista.

Para esta primera etapa de ‘Acupuntura hídrica’ se destinará alrededor de 30 millones de pesos y al estar listos los 100 pozos y puntos de absorción.

Cada pozo tendrá una capacidad de infiltrar alrededor de 25 litros por segundo, por lo cual al estar todas las obras terminadas se contará con el potencial de infiltrar 2,500 litros por segundo en la ciudad, aunque el agua que se infiltre dependerá principalmente de la cantidad y frecuencia de las lluvias según explicó Mario Esparza, secretario de Gestión Integral del Agua.

El riesgo en la estrategia

El acuífero es la fuente desde la cual se dota a través de pozos de extracción alrededor del 70% del agua que se consume en la ciudad, mientras el resto proviene del Sistema Cutzamala.

Los pozos de absorción tienen el objetivo de permitir o acelerar la infiltración del agua al acuífero, en especial en zonas cubiertas en su mayoría por superficies impermeables, como el asfalto y el cemento de caminos, banquetas, casas y edificios.

Sin embargo, los pozos de absorción pueden significar un riesgo más que una solución si no se evalúa de cerca la calidad del agua que se infiltra, advierte Luis Zambrano, investigador en el Instituto de Biología de la UNAM.

El investigador explica que “son como una jeringa directa al acuífero" para reducir el tiempo que pasa el agua infiltrándose hasta esas zonas del acuífero, que pueden ser 200, 300, 600 metros, lo que puede tardar mucho tiempo.

“Los pozos de absorción aumentan la velocidad en la cual se recarga el acuífero, pero si esa agua está contaminada, es como que estamos metiendo nuestras venas agua de Chapultepec: se va a contaminar el acuífero. Entonces sí, se tienen que hacer con mucho cuidado”, señala el doctor en Biología Básica por la UNAM.

Por ello es necesario implementar estándares y evaluaciones continuas de la calidad del agua a infiltrar durante su recolección, almacenamiento y tratamiento, indica Zambrano.

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En duda, la recarga del acuífero

Juan Manuel Núñez, académico de CENTRUS, apunta que los pozos de absorción han demostrado ayudar a reducir las inundaciones y encharcamientos en zonas vulnerables a estos problemas, pero falta información para saber si cumplirán su principal objetivo de recargar el acuífero.

“Más o menos vamos a tratar de reducir esa brecha, pero sin saber cuánto tenemos ahí y cuánto nos queda o qué tanto de eso vamos a procurar infiltrar o ya estamos infiltrando. (…) Es una medida, sí, que tendríamos que hacer, pero en la que vamos un poco como a ciegas en términos de qué tan redituable va a ser”, explica el especialista.

Explica que tiene beneficios en términos de evitar, por ejemplo, inundaciones en zonas donde el agua escurre completamente en superficies permeables y que llega a la parte plana a inundar de manera muy drástica, aunque se desconocen otras cosas.

“¿A dónde se va? ¿Qué tan profundo llega esa agua? ¿Cuánto tiempo sucede para eso? Esa parte sí no la sabemos”, comenta el académico de CENTRUS.

Acupuntura Hídrica
En la alcaldía Iztapalapa arrancaron las obras de los captadores de lluvia pluvial para recargar el manto freático, para aprovechar las fuertes lluvias de este año.

El vicepresidente del Colegio de Ingenieros Civiles de México advierte que el acuífero del Valle de México se formó durante miles de años en una zona formada por grandes lagos, y hoy se tiene una ciudad con una superficie cubierta con estructuras y pavimentos impermeables, con lo que los puntos de recarga natural del acuífero se han reducido significativamente ante la urbanización y el crecimiento poblacional.

“Difícilmente vamos a poder recuperar el acuífero con solo medidas de pensar que con los pozos de absorción. En mi opinión, va a ser muy difícil que logremos rescatar el acuífero de esa manera", sostiene.

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