La CDMX se hunde
Sergio Rodríguez, geólogo de la UNAM, explicó a EFE que esta cantidad, multiplicada por diez años, alcanzaría los tres metros de hundimiento. Solo en el caso del monumento del Ángel de la Independencia, cada determinado tiempo se le tiene que añadir un escalón debido al descenso del terreno.
La densidad poblacional en la Ciudad de México ha ocasionado una extracción desmesurada de agua en pozos subterráneos y, junto con el peso de la infraestructura urbana, provocan una compactación arcillosa y volcánica del suelo que haya llegado al límite de su capacidad.
Estas reacciones provocan una subsidencia (hundimiento gradual del terreno), y ha llegado hasta 40 centímetros anuales en algunas colonias o barrios de la ciudad, como Iztapalapa, pese a ser una de las zonas con mayor cantidad de pozos subterráneos.
“Este es el punto de no retorno. Ya no hay forma de parar este proceso”, sentenció Wendy Morales, geóloga de la UNAM. La especialista planteó dos escenarios: que los gobiernos y la población se adapten, lo que aumentaría los grados de marginación; o que se produzcan desplazamientos forzados a otras zonas del país.
La acumulación de agua durante la temporada de lluvia tampoco ayuda y, de hecho, contrasta con la falta del suministro por áreas de la ciudad, debido a una “inequitativa distribución”, que marca una desigualdad social.
«Los que sacan el agua de los pozos son los que no tienen abastecimiento y además son los que sufren las inundaciones y la subsidencia. Es una paradoja social que se presenta como una cuestión para analizarse», indicó Sergio Rodríguez.
Mientras tanto, edificios de nueva construcción de hasta 50 plantas «nunca van a tener problemas de falta de agua, porque pagan mucho para eso», señaló Morales.
¿Existe una alternativa?
Sergio Rodríguez apuntó que el único posible futuro es desconcentrar la capital a través de nuevas ciudades o nuevos centros urbanos más planificados donde haya empleo, hospitales, centros comunitarios y escuelas.
De seguir como ahora, el hundimiento seguirá, y la CDMX tendrá más áreas que no podrán ser habitadas.