Islas de calor urbanas acechan alcaldías con mayor desigualdad en la CDMX
Siete alcaldías de la CDMX presentan islas de calor de severas a importantes; especialistas apuntan a la recuperación de espacios verdes que se han perdido por edificaciones.
Imagen ilustrativa. Siete alcaldías de la CDMX son más afectadas por el fenómeno de isla de calor: Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Iztacalco, Cuauhtémoc, Azcapotzalco y Coyoacán.(Foto: Raquel Cunha / REUTERS)
El celular indica 31° grados Celsius. La tarde del 7 de mayo en la Ciudad de México se siente más calurosa que otros días, ya que la capital atraviesa una onda de calor. Sin embargo, no en todas las alcaldías pega igual: en ciertas zonas, la temperatura puede ser incluso más elevada por las islas de calor urbanas.
Este fenómeno se presenta cuando en una zona específica de una ciudad la temperatura es más alta que en las regiones circundantes, como en territorio rural o en zonas de conservación.
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“Son una consecuencia directa del crecimiento urbano sobre espacios que eran áreas naturales, donde antes existía vegetación o cuerpos de agua que fueron reemplazados por superficies artificiales como el asfalto, concreto y edificaciones”, dice Ana Karen Mendívil, directora de Cambio Climático en la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la CDMX a Expansión Política.
La Ciudad de México como zona urbana es totalmente afectada por el fenómeno de isla de calor urbana. Hemos identificado diferencias de hasta 8° centígrados, adicionales al cambio climático, solo por isla de calor urbana, especialmente durante la noche.
Ana Karen Mendívil, directora de Cambio Climático en Sedema
Es por ello que caminar por las calles del Centro Histórico, en la alcaldía Cuauhtémoc, no es lo mismo que hacerlo en Polanco, en la Miguel Hidalgo. Las diferencias van desde condiciones sociales hasta la composición de la urbe.
Andar por la Avenida Francisco I. Madero hasta llegar al Zócalo es sofocante. Edificios a la izquierda y derecha que parecen reflejar el calor resguardan el camino. Las sombrillas y sombreros desfilan hacia la plancha caliente que pocas personas se atreven a atravesar, la mayoría de transeúntes opta por rodear la plaza bajo los corredores peatonales al pie de las edificaciones.
El Centro Histórico es uno de los puntos donde la Secretaría del Medio Ambiente ha identificado el fenómeno de isla de calor en la Ciudad de México.(Foto: Shelma Navarrete)
En La Merced, en la alcaldía Venustiano Carranza, tienes dos opciones: caminar entre los puestos donde si bien las lonas te cubren de los rayos del sol también se crean pasillos calientes, o transitar sobre Avenida Circunvalación y esquivar motocicletas, ‘diablitos’, donde las únicas sombras son aquellas de las sombrillas colocadas por vendedores para proteger las mercancías que ofertan en la calle.
Comercios, transportes y personas conviven bajo el sol sobre Avenida Circunvalación en la zona de La Merced, en la alcaldía Venustiano Carranza, donde se ha identificado el fenómeno de isla de calor.(Foto: Shelma Navarrete/Expansión Política)
En cambio en Polanco el calor da tregua. Los árboles del Parque Lincoln o el camellón arbolado que atraviesa Avenida Horacio crean una sombra que calma el bochorno. En esta zona de la capital las calles y entrecalles lucen vestidas de grandes árboles que apaciguan las altas temperaturas.
Las calles en Polanco, alcaldía Miguel Hidalgo, contrastan con otros puntos de la ciudad por contar con árboles y áreas verdes.(Foto: Shelma Navarrete)
Las islas de calor tienen una estrecha relación con la desigualdad social, sostiene Juan Manuel Núñez, del Centro Transdisciplinario Universitario para la Sustentabilidad (CENTRUS) de la Universidad Iberoamericana.
“Tiene efectos en la salud pero también tiene efectos en la desigualdad social. Las alcaldías más pobres, que menos infraestructura verde y azul tienen, son las más afectadas”, dice en entrevista con Expansión Política.
Hay una clara relación entre la desigualdad social y el efecto de isla de calor.
Juan Manuel Núñez, académico del CENTRUS de la Universidad Iberoamericana.
Benito Juárez y Miguel Hidalgo son alcaldías con mayor Índice de Desarrollo Humano en la Ciudad de México y tienen una presencia menor de islas de calor, mientras las tres alcaldías con menor calificación –Milpa Alta, Iztapalapa y Xochimilco– lo presentan de forma importante a moderada.
El Índice mide el resultado promedio en tres dimensiones básicas del desarrollo humano: una vida larga y saludable, el conocimiento y un nivel de vida decente, de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
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Siete alcaldías concentradas al centro, norte y oriente de la Ciudad de México son las que presentan el efecto de isla de calor de forma severa a importante. En el extremo opuesto, cinco alcaldías al poniente de la capital padecen el fenómeno de menor manera.
El contraste se puede ver en las alcaldías Venustiano Carranza y Miguel Hidalgo, apunta el académico de la Universidad Iberoamericana.
“La alcaldía Miguel Hidalgo no solo cuenta con el Bosque de Chapultepec, sino que varias de sus calles están trazadas y acompañadas con espacios arbóreos muy significativos que generan un efecto de enfriamiento", dice.
Mientras que Venustiano Carranza tiene buena parte de su alcaldía ocupada por la infraestructura del aeropuerto. "Es una gran plancha con los edificios y las pistas, hay un área verde pero asociada únicamente a pequeños pastos que en esta época del año se secan”, ejemplifica el también coordinador de la licenciatura en Sustentabilidad Ambiental.
Las islas de calor tienen varios efectos negativos: agravan la contaminación del aire, causan dificultad para conciliar el sueño al tener noches con temperaturas más altas y se incrementa el consumo de energía, por ejemplo con el uso de ventiladores y aire acondicionado.
Asimismo existen riesgos para la salud, en especial en personas vulnerables como niños y niñas pequeños y adultos mayores: golpes de calor, deshidratación, insolación y en casos extremos la muerte.
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Mientras una ola de calor pasa por gran parte de la ciudad por el aumento de la radiación solar, una isla de calor se da a causa de la propia actividad humana: una gran concentración de vehículos, edificios y suelo urbanizado con materiales que absorben y retienen el calor, así como escasez de árboles, áreas verdes y cuerpos de agua como humedales y ríos.
Junto al incremento de la temperatura, en una isla de calor aumenta la concentración de contaminantes en el aire, se afecta el comportamiento del viento, lo que impide la dispersión de dichos contaminantes y se alteran patrones como la humedad o la nubosidad, apunta Mendívil.
La recuperación de espacios verdes
La directora de Cambio Climático de la Secretaría de Medio Ambiente apunta que se han emprendido acciones desde el Gobierno de la Ciudad de México para tener una mayor capacidad de adaptación ante los efectos del cambio climático, uno de los cuales es la frecuencia del fenómeno de islas de calor.
“Nuestro objetivo es que ésta sea una ciudad mucho más resiliente, con mayores capacidades para hacer frente a este tipo de impactos”, comenta Medívil.
En la anterior administración, encabezada por Claudia Sheinbaum, fueron recuperados 18 parques. La actual jefa de Gobierno, Clara Brugada, ha anunciado el programa ‘Parques Alegría’, con el objetivo de recuperar un total de 300 áreas verdes y parques en la ciudad.
Desde la Secretaría del Medio Ambiente se han recuperado 170 hectáreas de suelo de conservación que se encontraban ocupadas ilegalmente.
La presencia de árboles y parques reducen el impacto de las islas de calor. (Foto: Shelma Navarrete/Expansión Política)
Mendívil indica que se continúa con acciones como la creación de jardines polinizadores y de infiltración, huertos urbanos en escuelas y centros comunitarios, así como promover el uso del transporte público y ampliar las opciones impulsadas por energía eléctrica, como Cablebús, Metrobús y Trolebús.
No obstante, el académico de la Universidad Iberoamericana considera que además de acciones en corto y mediano plazo, es necesario revisar la normativa sobre las edificaciones e incluir como un eje prioritario en la planeación de la Ciudad de México el rescate y conservación espacios azules, como ríos y humedales, y de espacios verdes con vegetación efectiva.
“Lo que necesitamos son árboles de copas anchas, que den mucha sombra, con una altura relativamente significativa y que mantengan una uniformidad y continuidad. (…) Es difícil que la gestión de las áreas verdes, muchas a cargo de las alcaldías, pueda tener esta visión amplia para empezar a estructurar y conectar si no se incluye en la planeación”, señala Núñez.