Carmela, migrante salvadoreña "varada" en la CDMX, buscará llegar a la frontera con Estados Unidos para solicitar asilo a pesar de las medidas impuestas por Trump.(David Santiago)
Sentada en la entrada del templo de La Soledad, en el centro histórico de la Ciudad de México, Carmela, una migrante salvadoreña, descansa con una mochila en la espalda. Su escala en la capital tiene un propósito claro: juntar dinero para continuar su viaje hacia Matamoros, Tamaulipas.
A pesar del endurecimiento de la frontera tras la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, migrantes extranjeros siguen teniendo la mira puesta en la frontera norte. Buscarán cruzar "con o sin CBP One", la aplicación de citas que canceló el republicano.
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El objetivo de Carmela es llegar a Estados Unidos por dos razones principales: su hijo de 15 años, que ya la espera en Texas, y la amenaza de muerte que enfrenta en su país a manos de pandilleros.
Después de casi dos semanas de viaje, Carmela se mantiene firme. Ni el refuerzo militar en la frontera sur de Estados Unidos ni las nuevas restricciones migratorias cambian su plan de llegar a la frontera, entregarse a las autoridades y solicitar asilo cuantas veces sea necesario, rendirse no es una opción.
Si Dios permite, espero que me dejen pasar. A El Salvador no regreso porque me van a hacer daño, yo no quiero eso ¿cómo voy a dejar huérfano a mi hijo?”.
Carmela, migrante salvadoreña en la CDMX.
Como Carmela, decenas de migrantes de diferentes nacionalidades que se ubican en distintos campamentos en la Ciudad de México, no pierden la esperanza de continuar su camino hacia la frontera con Estados Unidos, aunque su futuro sea incierto.
La aplicación de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP One) era una herramienta clave para miles de migrantes. Permitía ingresar documentación y solicitudes de asilo de manera anticipada con el fin de programar una cita con autoridades migratorias estadounidenses y solicitara asilo.
Sin embargo, el panorama cambió con la toma de posesión de Donald Trump. La herramienta dejó de operar y todas las citas agendadas fueron canceladas, lo que se trajo como consecuencia que miles de migrantes estén varados en México.
Bryan, un joven migrante venezolano de 23 años, conoce de primera mano los obstáculos que esto representa, ya que en los seis meses que lleva de viaje usó la aplicación CBP One y obtuvo una cita para obtener asilo, misma que no tuvo los resultados que esperaba.
Su última cita, programada a principios de 2025, terminó en una detención de 10 días y una deportación a Villahermosa, Tabasco, vía Laredo.
De vuelta en la capital y sentado en una jardinera de la Plaza La Soledad, con un refresco y unas galletas como su único alimento del día, Bryan explica que las nuevas políticas migratorias de Trump no eliminan su decisión de viajar a Ciudad Juárez, Chihuahua, y buscar cruzar el muro fronterizo, sin importar los riesgos ni la ola gélida que azota la región.
A los migrantes nos sueltan sin dinero, sin nada, vivimos en la calle, comemos lo que podemos. Es duro lo que pasamos, pero ya estamos aquí y yo intentaré pasar (a Estados Unidos) con o sin CBP One, esa es la fé” .
Bryan, migrante venezolano.
José tiene 18 años, dejó a su familia para enfrentar una dura batalla por alcanzar el "sueño americano"(David Santiago)
Otro caso es el de José, migrante nicaragüense quien a sus 18 años ya cuenta con la experiencia de una detención de 15 días por intentar cruzar de manera ilegal hacia Estados Unidos por Reynosa. A diferencia de Bryan, a él sólo le devolvieron las autoridades migratorias su teléfono celular, con el que ha podido comunicarse con su familia.
José sabe que, por ahora, todas las miradas estarán puestas en la frontera, por ello prefiere quedarse en la Ciudad de México para buscar trabajo y juntar el dinero suficiente para pagar a una persona -comúnmente conocido como “Pollero” o “Coyote”- que lo guíe hasta lograr su objetivo: llegar a Houston, Texas.
“Es mejor estar aquí en México que estar allí detenido (en Estados Unidos) o allá en la calle en la frontera” dice.
Algunos migrantes que se encuentran en la plaza La Soledad se reúnen en grupos para tomar el sol y platicar sus experiencias de viaje, pero la mayoría coincide en que insistirá en retomar camino hacia la frontera norte de México.
Mientras se endurecen las políticas migratorias, en la Ciudad de México, la jefa de gobierno, Clara Brugada alista un plan para el retiro de personas en situación de movilidad humana para su traslado a albergues.
“Esta ciudad tiene que dar el mejor de los apoyos y solidaridad a la gente que viene de otros países pero no puede quedarse en la calle”, afirmó la mandataria este 21 de enero en rueda de prensa.
De acuerdo con Temístocles Villanueva, encargado de la atención a migrantes de la capital, no existe un número de migrantes en la Ciudad de México fijo, ya que muchos se mueven a otras entidades del país y otros llegan a la capital, sin embargo, se estima que más de 3,000 personas viven en las calles o en campamentos.
“La reubicación de ninguna manera pretende coartar los derechos de alguna persona, al contrario, buscaremos que se mantenga el estatus de Ciudad Santuario, que ya está establecido en la constitución”, apunta en entrevista para Expansión Política.
El funcionario capitalino refiere que, en un censo realizado la primera semana de enero, se identificaron tres campamentos: Plaza La Soledad en la zona de La Merced, Vallejo y Eje Central a la altura de la Central de Autobuses del Norte.
"Hay más migrantes viviendo en otras zonas de la ciudad, pero de manera individual, no en campamentos, eso no quiere decir que a esta población no la vayamos a atender" afirma.
El gobierno capitalino fijó el mes de marzo como el plazo máximo para liberar las calles de la Ciudad de México de migrantes.
Las medidas de Trump
Las órdenes ejecutivas que Trump firmó el lunes en materia migratoria tienen dos ejes principales: la declaratoria de la frontera sur de Estados Unidos como zona de emergencia -lo que implica el envío de tropas, el endurecimiento de los controles y la deportación exprés- y la reinstauración del programa “Quédate en México”.
Las órdenes se titulan:
Declaración de emergencia nacional en la frontera sur de Estados Unidos.
Asegurar las fronteras.
Realineamiento del programa de admisión de refugiados en EU.
Protección del pueblo americano contra la invasión.
Aclaración sobre el papel de los militares en la protección de la integridad territorial.
Proteger el significado y el valor de la ciudadanía estadounidense.
Entre las medidas que incluyen están:
Militarización de la frontera sur de Estados Unidos para impedir la entrada de personas sin documentos provenientes de México.
Control operativo total de la frontera sur para impedir la entrada de personas sin documentos y realizar detenciones.
Suspensión de la entrada de personas que se acojan al Programa de Admisión de Refugiados de los Estados Unidos (USRAP) .
Cancelación del uso de la aplicación CBP One, que permitía agendar citas vía celular.
Deportaciones rápidas a territorio mexicano.
Detener a los extranjeros detenidos bajo sospecha de violar la ley federal o estatal, hasta el momento en que sean expulsados de los Estados Unidos.
