¿Qué le hace falta a la regulación en la CDMX?
En la Ciudad de México, la regulación a este tipo de plataformas tecnológicas, inició en 2017 y su última modificación fue en 2024. Y, según las analistas consultadas, hay muchas áreas de oportunidad todavía.
Falta de transparencia
La primera de ellas es la falta de transparencia y apertura a una mayor participación ciudadana.
"En Barcelona y Nueva York, vimos problemas relacionados con datos imprecisos y una falta de entendimiento de la dinámica local. Eso llevó a regulaciones que inicialmente no respondían a las realidades del mercado (...) En Nueva York, las verificaciones constantes y la organización de inquilinos y vecinos fueron fundamentales para moldear las políticas regulatorias", explicó Loyde, de Desarrollo Urbano.
En el perfeccionamiento de la regulación, las organizaciones de inquilinos fueron clave, sobre todo en Nueva York. Y, por ello, la especialista aboga porque Airbnb y otras plataformas, así como el propio gobierno, tengan mayor transparencia en los datos. Ya que sin ellos es imposible crear política pública a la medida.
Zonificación
Esto es un problema, porque se trata de un servicio profesionalizado y una actividad comercial y debería estar bien regulado, como cualquier otra, explica Carla Escoffié. Pero que, además, genera dinámicas urbanas diferenciadas y, por lo tanto, afecta el derecho de acceso a la vivienda.
Pero lo hace de una forma diferenciada. Uno de los argumentos de Airbnb, al evaluar negativamente las regulaciones a lo largo del mundo, es que su impacto es ínfimo comparado con el mercado total de rentas de viviendas en las respectivas ciudades.
Por otro lado, un informe patrocinado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) "minimizó el impacto de Airbnb en los costos de renta porque usaron promedios a nivel ciudad, lo cual diluye la realidad en las zonas más afectadas".
De hecho, el impacto en la CDMX se concentra en colonias con atractivo turístico y de gran infraestructura urbana, como las colonias Roma, Condesa, del Valle, entre otras, donde incluso hay casos documentados de desalojos de residentes, en edificios enteros.
“En Barcelona lo que se hizo fue una zonificación, dijeron, a ver, esto no está impactando igual en todas las partes de la ciudad. Vamos a identificar cuáles son las más afectadas. Y más allá, vamos a poner, por ejemplo, zonas en las cuales ya no se pueden aumentar airbnbs o, de hecho, se tengan que reducir su porcentaje, o zonas donde sí se puedan aumentar”, señaló Escoffié, de Habitat International Coalition.
Señaló que se debe tratar como un problema de planificación urbana, lo que implica que no se debe limitar el derecho a la propiedad privada, ni a que las personas tengan derecho a rentar bajo esta modalidad sus inmuebles.
La zonificación, además, tendría que ir acompañada de una política que coadyuve a desarrollar, desde la producción inmobiliaria, hasta el equipamiento urbano, de otras zonas de la ciudad.
Para Loyde, el problema es que una mala regulación puede profundizar el problema de desarrollo desigual: El problema no es la existencia de plataformas como Airbnb, sino cómo se da su desarrollo. Falta acompañar su crecimiento con mejoras en vivienda asequible, transporte y participación ciudadana. Actualmente, esas propuestas no están claras ni son efectivas, explica.
Diferenciar tipos de propietarios
No es lo mismo una persona que renta su departamento para su ahorro para el retiro que alguien que cuenta con 50 o 100 departamentos. “Debe haber una regulación diferenciada, la de pequeños propietarios y la de grandes propietarios”, sentencia Escoffié. Y que, en los hechos, existen inmobiliarias que básicamente lo que hacen es hacer un negocio de hotelería no oficial, aprovechando las plataformas tecnológicas y los resquicios legales.
En cambio, los pequeños propietarios deberían ser tratados de forma diferenciada, para no afectarles desproporcionadamente.
Incluir a los hoteles
Airbnb también argumenta que las regulaciones en ciudades como Barcelona tienen un claro ganador, la industria hotelera. Y, de hecho, señala que tienen casi el monopolio del hospedaje, aumentando sus precios a cifras récord.
Tanto Loyde como Escoffié coinciden en que una regulación integral debe incluir una participación no solo de inmobiliarias, propietarios, inquilinos y plataformas tecnológicas, sino incluso a otros sectores, como el hotelero.
La más reciente legislación también impone, en la letra, un límite de registro de máximo tres inmuebles por propietario en el padrón. Pero según Rosalba Loyde, la misma falta de transparencia de Airbnb no permite observar en qué momento esto se incumple. “No hay certeza sobre cómo se está contabilizando el tope a propiedades”.
La multipropiedad, los gestores de inmuebles a nombre de terceros y las inversiones especulativas seguirían, en este contexto, operando del mismo modo. “La Secretaría de Turismo de la CDMX necesita obtener estos datos (de la plataforma), porque si no se diluye y empiezan a aparecer los prestanombres”.
No tropicalizar las regulaciones
"En Europa, las políticas de vivienda asequible y los mercados más formalizados influyen mucho en cómo se diseñan las regulaciones, algo que contrasta con los mercados informales y centralizados que predominan en América Latina", explica Loyde, argumentando que la CDMX necesita crear una regulación basada en su propia realidad.