A pesar de albergar las sedes del Poder Ejecutivo federal y local, las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México enfrentan un aumento considerable del comercio informal en los últimos años, que desafían las reglas ya establecidas por las propias autoridades.
Comercio informal cubre sitios emblemáticos y zonas prohibidas en centro de CDMX
Es por ello que hoy se pueden apreciar sitios emblemáticos de la capital como Bellas Artes, la Alameda Central o la calle Madero -que anteriormente estaban prohibidas al ambulantaje- totalmente invadidos por organizaciones de comerciantes que ofrecen ropa, juguetes, botanas, antojitos y hasta alimentos preparados a todas horas del día con el uso de gas LP, anafres y aceites.
Aunque representa un riesgo en materia de Protección Civil por el uso de materiales peligrosos, el descontrol del comercio informal en el primer cuadro de la capital obedece a acuerdos sociales, políticos, ideológicos y hasta de estructuras económicas.
“Muchos de esos vendedores que nosotros vemos trabajan para alguien más, tienen un horario, le reportan a alguien y saben cuál es su papel en la estructura entre los líderes y las autoridades”, afirma Artemisa Montes, directora del Observatorio Mexicano de la Crisis.
Comercio a todas luces
En su sexto informe, el entonces jefe de gobierno, Martí Batres, resaltó que entre agosto de 2021 y abril de 2024 hubo una reducción en el número de comerciantes en vía pública al pasar de 17,864 a 11,000 puntos de venta en la calle.
Destacó que como parte del Plan de Ordenamiento para el Comercio en Vía Pública en el Centro Histórico, se lograron acuerdos con liderazgos de comerciantes, en los cuales se establecieron algunas condiciones como: no “toreo” (venta en vialidades y banquetas), no volanteo, no colocación sobre el arroyo vehicular, no colocación en calles recuperadas y no uso de radio (halconeo), los cuales debían prevalecer pese al cambio de administración.
En un recorrido realizado por Expansión Política se constató que dichos acuerdos, prácticamente son inexistentes y el comercio en vía pública se ejerce, a metros de distancia de autoridades capitalinas y federales, pese a la presencia de elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
Frente a Palacio Nacional y sobre la calle Moneda, decenas de comerciantes ofrecen desde ropa, aparatos electrónicos, baterías recargables para celular, juguetes de acción, hasta vapeadores.
Por todas las calles que rodean Palacio Nacional, los comerciantes son vigilados por personas, en su mayoría jóvenes que portan radios de onda corta y usan motocicletas para su fácil traslado.
Desde 2009, la calle Madero que conecta el Eje Central Lázaro Cárdenas con el Zócalo, fue un espacio en el que el comercio informal estaba estrictamente prohibido. Hoy se pueden conseguir desde alimentos preparados, hasta souvenirs, ropa y diversos artículos.
La explanada del Palacio de Bellas Artes, uno de los sitios más turísticos y emblemáticos de la capital, se convirtió a partir de la entrada de la actual administración capitalina, en una romería durante todo el día.
Los puestos se extienden también por pasillos de la Alameda Central y aceras de la avenida Juárez hasta la Avenida Balderas y la plaza de la Solidaridad.
En distintas calles del Centro Histórico hay venta de alimentos en los que se usa aceite para freír papas, calentar elotes y esquites, así como el uso de anafres con carbón caliente y estufas de gas LP.
Riesgos en protección civil
Consultada al respecto, Arlette María Salyano, especialista en Gestión de Riesgos y exdirectora de Protección Civil en la entonces delegación Cuauhtémoc entre 2012 y 2015, señala que el comercio informal puede representar una problemática, en caso de que exista alguna emergencia o contingencia en la que se tengan que evacuar o desalojar personas.
Dice que el uso inadecuado de materiales que pueden causar lesiones o quemaduras a peatones, también es un factor de riesgo, así como incendios o en su caso fugas de gas de los cilindros y mangueras usadas para sus actividades.
“Si bien algunos comerciantes han corrido con suerte o no han existido incidentes graves, eso no quiere decir que no puedan suceder y es hasta que pasa que se dan cuenta”, apunta.
Dice que si bien el comercio informal es una problemática social que será difícil erradicar, las autoridades deben establecer acuerdos y capacitaciones para prevenir riesgos y en su caso permitir el paso libre para el desalojo de edificios y unidades de emergencia.
“Establecer normas para el uso de extintores en cada puesto, materiales adecuados y que se señalen las rutas de evacuación y en ese punto los ambulantes no se pueden poner, para que la gente pueda fluir”, expone.
Un problema político y social
Artemisa Montes considera que el ambulantaje y el crecimiento en calles del Centro Histórico, si bien obedece a estructuras económicas para liderazgos, también es porque autoridades se han visto beneficiadas, ya que los miles de comerciantes informales son parte de una plataforma que es usada políticamente en temporada electoral.
De ahí que muchos líderes de comerciantes buscan cobrar favores a las autoridades, apropiándose de espacios en vía pública.
“Tenemos que pensar que el comercio informal no es una persona que sacó una mesa o puso un puesto, son realmente ya estructurados, tienen un horario y hasta los mismos precios”, señala.
Se solicitó a la Autoridad del Centro Histórico y a la dirección de ordenamiento del comercio en Vía Pública de la Secretaría de Gobierno una postura sobre el desbordamiento del comercio en zonas como Madero, Bellas Artes, la Alameda Central, avenida Juárez y otras calles del primer cuadro de la capital, sin embargo, no se obtuvo respuesta.
Piezas clave del comercio en CDMX
Detrás de esta ola de informalidad en el comercio del Centro Histórico de la Ciudad de México se encuentran figuras clave que han ejercido un control histórico sobre este sector.
Alejandra Barrios Richard ha estado vinculada al comercio ambulante desde 1950 y se consolidó como una de las lideresas más influyentes en la zona. A través de la Asociación Legítima Cívica Comercial (Ale Cívica AC), que fundó en 1983, ha llegado a liderar a más de 60,000 vendedores ambulantes en los perímetros A y B del Centro Histórico.
Por décadas, Barrios Richard ha sido militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), donde se desempeñó como una de las principales movilizadoras de apoyo a candidatos para diversos cargos públicos priistas, tanto federales como locales. Su carrera política incluye haber ocupado cargos en los órganos de dirección del PRI y un escaño en la extinta Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
Diana Sánchez Barrios, hija de Alejandra Barrios, es actualmente dirigente de miles de comerciantes en la vía pública. También es fundadora de la Asociación Civil Pro-Diana, dedicada a apoyar a comerciantes y a la comunidad LGBTI.
En 2021 fue detenida por la Fiscalía de la Ciudad de México por presuntas denuncias de extorsión y en noviembre de 2024, sufrió un atentado en la calle de Motolinia a manos de una persona que, tras disparar en varias ocasiones, huyó en una motocicleta con rumbo desconocido.
Silvia Esther Sánchez Barrios, otra de las hijas de Alejandra Barrios, también lidera grupos de comerciantes en el Centro Histórico. Actualmente se desempeña como diputada en el Congreso de la Ciudad de México, donde su hermana Diana es su suplente. En las elecciones de 2024, Silvia fue postulada por el PRI para ocupar una curul, pero tras asumir el cargo renunció a su militancia y declaró su afinidad por la bancada del partido Morena.
Otros miembros de la familia Barrios también ejercen el control del comercio en vialidades del primer cuadro de la capital e incluso se han extendido a colonias de la alcaldía Cuauhtémoc, como Juárez, Roma, Condesa, San Rafael, Zona Rosa y Santa María la Ribera.
Entre los nombres importantes también está María Rosete, quien fue militante del PRD y actualmente milita en el Partido del Trabajo, aliado de Morena. Lidera el frente Metropolitano de Organizaciones Populares, que agrupa a otras 28 organizaciones de comerciantes, cuya zona de operación está en Tepito y calles como Del Carmen, Costa Rica, González Ortega, entre otras.
Su organización incluso ha tenido enfrentamientos con la familia Barrios por el control y ejercicio del comercio en calles del Centro Histórico de la Ciudad de México.
La Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México tiene identificadas decenas de organizaciones de comerciantes en la alcaldía Cuauhtémoc, entre las que destacan:
- 12 de diciembre AC.
- Agrupación de Comerciantes en Vía Pública de la Colonia Obrera
- Bazar Arco-Iris
- Confederación de Comerciantes y Organizaciones Populares de la República Mexicana
- Frente de vendedores y trabajadores de Plaza Garibaldi A.C
- José María Morelos y Pavón A.C
- Grupo Independiente San Cosme A.C
- Unión de comerciantes en pequeño del exterior de espectáculos públicos