Crímenes de alto impacto en la CDMX ‘opacan’ resultados positivos en seguridad
Analistas consultados coinciden en que más allá de las cifras de reducción de homicidios, autoridades deben poner mayor atención a la desaparición de personas y clasificación de delitos.
El Gobierno de la Ciudad de México destaca una reducción histórica en el número de homicidios entre 2019 y 2024, sin embargo varios asesinatos ocurridos en este periodo han generado un mayor impacto público y, por lo tanto, una percepción de que se ha incrementado la violencia.
Estos hechos, más allá de las estadísticas, resaltan por cometerse a plena luz del día, en sitios de alta concurrencia de personas y de los que, incluso, las propias autoridades no se han salvado de ser víctimas.
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Apenas el pasado12 de septiembre a unas cuadras del corredor comercial de Masaryk, en Polanco, una de las zonas más exclusivas de la capital, fue ejecutada una persona al descender de su camioneta por dos sujetos que lo interceptaron y le dispararon en tres ocasiones. El occiso fue identificado más tarde como un presunto integrante del cártel de Caborca.
Francisco Rivas, director general del Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad, explica que el aumento en la violencia en la capital refleja la situación de seguridad a nivel nacional, con crímenes cometidos en lugares públicos y a plena luz del día, debido a la lucha entre grupos delictivos por el control territorial.
“México pasa por una crisis relacionada principalmente con la delincuencia organizada, con el control. Creo que lo que se debe tomar en consideración antes de relativizar y decirnos que la Ciudad va muy bien (en seguridad) sería atender con puntualidad estos casos para que no ocurran”, dice.
En su Sexto Informe, el jefe de gobierno, Martí Batres, destacó una "reducción histórica" en los índices delictivos hacia el final de su administración, antes de la transición a Clara Brugada como próxima mandataria.
Según Batres, los delitos en general disminuyeron un 64% durante el sexenio, mientras que los homicidios dolosos cayeron un 45%.
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La CDMX y sus "logros" en seguridad
Datos oficiales muestran una mejoría en los delitos. El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad indica que los homicidios disminuyeron de 1,544 en 2019, primer año de la actual administración, a 539 entre enero y julio de 2024.
La extorsión también mostró una baja, pasando de 883 víctimas a 296 en el mismo periodo. En cuanto a feminicidios, los casos se redujeron de 72 a 31, y los secuestros pasaron de 195 a 21.
En el Sexto Informe de Gobierno de la CDMX, además se destaca una baja del 59% en lesiones por arma de fuego y una reducción de entre el 60 y 70% en delitos de bajo impacto, como el robo en diversas modalidades.
Asimismo se señala que entre los años 2020 y 2024, se desarticularon 290 células criminales de diferentes grupos con presencia en la capital, algunas de éstas vinculadas a organizaciones delictivas de otros estados o regiones del país como el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación, la Familia Michoacana y organizaciones locales como la Unión Tepito, entre otras.
“De estas células fue posible la detención de 2,705 presuntos delincuentes, entre líderes, jefes de plaza, jefes de célula, operadores financieros, extorsionadores, sicarios y distribuidores de droga”, se lee en el documento.
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Crímenes que 'opacan' resultados
Sin bien siguen existiendo hechos delictivos en la Ciudad de México, algunos homicidios son los que han generado mayor impacto social y mediático en los últimos años.
Uno de los hechos más recientes, fue el asesinato de David Azaid Hernández quien fuera jefe del sector Topilejo en Tlalpan. De acuerdo con los reportes oficiales, el uniformado intentó disuadir una riña entre particulares cuando fue atacado sin mediar palabra. Por la muerte del mando policiaco , se detuvo a un a tres personas involucradas en el crimen.
En la misma zona y alcaldía, fueron encontrados el 30 de julio de 2024, los cuerpos de Susej y Stephanie, dos jóvenes de origen venezolano de 19 y 20 años, que fueron asesinados. Este doble feminicidio abrió una línea de investigación por la presunta operación de una banda delictiva con operaciones en ese país sudamericano denominado “El Tren de Aragua”.
En agosto de este año, tres personas fueron halladas sin vida en un predio ubicado en Paseo de la Reforma 378 en la colonia Juárez, a unos metros del Ángel de la Independencia, uno de los sitios más turísticos de la capital.
Las víctimas –Rubén Mancera Gámez, Sevinch Ergin Kyashifova, de 50 años, y Lorena Shukrian Mancera Kyashofiva, de 20 años- fueron asesinados por un probable litigio relacionado con la posesión del inmueble.
Otro caso de impacto en la Ciudad de México se registró en abril de 2024 con el feminicidio de María José, una joven de 17 años, por parte de un químico identificado como Miguel “N” ocurrido en la colonia La Cruz Coyuya, en la alcaldía Iztacalco, hecho que reveló un presunto caso de feminicida serial, según confirmó la Fiscalía de la Ciudad de México.
Se suma también el asesinato del empresario Carlos Narváez a plena luz del día en calles de la colonia Anáhuac, ocurrido en mayo.
¿Delincuencia organizada en la CDMX?
Aunado a los homicidios se han registrado balaceras en las que estuvieron involucrados presuntos integrantes de la organización criminal “Los Chapitos” cuyos líderes son los hijos del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán en 2022. El asesinato de personas en Milpa Alta y Tláhuac por parte de presuntos miembros de La Familia Michoacana en 2023.
El analista en temas de seguridad y catedrático del Tec de Monterrey, Víctor Hernández, afirma que los hechos más violentos ocurridos en la capital, tienen que ver con células criminales de otras entidades del país que buscan afianzar un territorio en la Ciudad de México.
Dice que el hecho que exista un combate a los líderes de las bandas delictivas, debe existir un desmantelamiento de la organización criminal y a su vez, que se contenga una posible sucesión.
La realidad es que la Ciudad de México no es un oasis de paz y es una ciudad a la que ya la alcanzó la guerra contra el narco.
“El intento de asesinato contra (el exsecretario de Seguridad, Omar García) Harfuch (en 2020) es algo que el capitalino quizás nunca pensó ver en su ciudad. Era algo que pasaba en Tamaulipas, en Sinaloa, no una balacera que pudiera pasar en la zona más transitada”, afirma.
Ambos analistas coincidieron en que más allá de las cifras de reducción de homicidios, las autoridades deben poner mayor atención a las denuncias de otros delitos como extorsión, secuestro e incluso desaparición de personas, así como a la clasificación de delitos.
“Una de cada dos muertes violentas se ha registrado como causa de muerte no determinada, es decir, no se clasifica ni como homicidio, ni como accidente, y por tanto cae dentro de otra categoría y no se le suma al contenido de los homicidios, la realidad es que esos son datos que están extraviados”, dice Hernández
“¿Efectivamente han bajado los homicidios o simple y sencillamente no estamos encontrando los cadáveres?”, cuestiona Francisco Rivas.