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Decesos por arrojamientos, una decisión que activa protocolos en el Metro

De enero de 2018 a diciembre de 2022, al menos 202 personas perdieron la vida tras arrojarse en las instalaciones del Metro, según cifras oficiales.
jue 22 diciembre 2022 11:59 PM
Qué pasa cuando alguien se suicida en el Metro de CDMX.
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En lo que va de la presente administración capitalina, 202 personas han perdido la vida en las vías del Sistema de Transporte Colectivo Metro, es decir, al año entre 35 y 50 personas deciden terminar con su vida de esa forma, un hecho que, además de las pérdidas humanas, impacta en segundo plano a miles de usuarios de este medio de transporte.

Cada caso se clasifica como “hecho relevante” –así se llama internamente a los arrollamientos de personas que se lanzan a las vías–, y activa protocolos para el rescate de la persona –con o sin vida–, el desalojo del tren involucrado y la sustitución del conductor para iniciar un tratamiento psicológico que llega durar varias semanas. También existe un protocolo por parte de la Policía de la Ciudad de México para detectar y evitar que más personas decidan quitarse la vida.

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Arrollamientos en vías

De acuerdo con cifras del propio Sistema de Transporte Colectivo Metro, de 2018 a 2022 se registraron 202 muertes por arrollamiento de personas en vías, la mayoría ocurrida en 2018.

La baja movilidad de pasajeros en la Ciudad de México por la pandemia de covid-19 no redujo los arrollamientos, pues éstos se mantuvieron las cifras similares entre los años 2019 y 2021.

Protocolo a contrarreloj

Luis Lamah, coordinador de protección civil del Metro, explica a Expansión Política que todo corte de corriente eléctrica que causa una interrupción del servicio por más de 10 minutos se le considera un “hecho relevante”, y cuando una persona es arrollada por el paso del tren, la situación entra bajo dicho supuesto.

Desde el momento en que se notifica un arrollamiento, personal del Metro trabaja a contrarreloj para restablecer el servicio lo más rápido posible, pues independientemente de lo importante del suceso de la persona accidentada, el servicio se debe restablecer a la brevedad, ya que del mismo depende la movilidad de miles de pasajeros.

Es por ello que el tiempo promedio para el corte de corriente y el rescate del cuerpo de una persona es de 17 minutos, aunque puede tardar más, dependiendo de la complejidad del hecho.

“¿Qué es lo que se procede a hacer en caso de un hecho relevante? Primero, al corte de corriente eléctrica en vías y después el desalojo de personas en andenes y cuando es posible, de los usuarios en los vagones”, expone.

Para el personal del Metro, un arrollamiento de persona en vías es un acontecimiento que implica atender no solo el lugar específico del hecho, sino también en realizar actividades en andenes, vagones y estaciones afectados por la interrupción del servicio.

Luis Lamah asegura que la seguridad de los usuarios está por encima de cualquier protocolo, lo que incluso le ha valido al Metro molestias de los pasajeros por permanecer dentro de un vagón durante el tiempo que ocurre un rescate, por ser desalojados de los andenes o no permitirles el acceso a las instalaciones.

“En algunas veces, es preferible no desalojar el tren y que se llegue a realizar el rescate o el salvamento. Es un trabajo coordinado con distintas áreas para hacerle entender a las personas el por qué se interrumpió el servicio, sin vernos alarmistas, porque no es ético estarles gritando que vamos a recuperar cuerpos”, señala.

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¿Qué pasa cuando alguien se suicida en el Metro?

A diferencia de los fallecimientos ocurridos en vía pública, en donde un cuerpo no puede ser retirado hasta obtener el dictamen o certificación de un perito o agente del ministerio público, desde hace vario años, existe un convenio del Metro con la fiscalía de la Ciudad de México y del Estado de México –dado que hay estaciones que están territorio mexiquense– para manipular el lugar de los hechos con el fin de restablecer el servicio.

Los cuerpos rescatados son llevados a un área alejada de los usuarios donde se espera la llegada de las autoridades ministeriales.

El coordinador de protección civil del Metro, explica que este convenio, junto con las facultades que tiene la policía como primer respondiente, facilita los protocolos para acelerar la normalidad en la circulación de los trenes.

“Si es necesario, a nosotros (los rescatistas y primeros respondientes) nos mandan a hablar del ministerio público para declarar como testigos del incidente, apoyados con el área jurídica del metro y con las cámaras, las autoridades determinan si el usuario se arrojó por voluntad propia o lo avientan”, detalla Luis Lamah.

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Tratamiento psicológico a conductores

Los conductores del Metro, al ser los principales testigos del arrollamiento de una persona por el convoy, son inmediatamente retirados del servicio para iniciar un tratamiento psicológico.

De acuerdo con Irma Guzmán, psicóloga adscrita a la unidad médica del Metro en las instalaciones de Zaragoza, cuando ocurre un arrollamiento, el conductor es retirado de inmediato de la operación para trasladarlo al servicio médico.

Explica que un hecho como éste genera un impacto emocional que debe ser tratado de manera psicológica, pues entre los síntomas que llegan a presentar los operadores son ansiedad, nerviosismo, insomnio, falta de apetito y sobresaltos repentinos.

“Por lo general, presentan estos síntomas los primeros siete días; se les da tratamiento con Complejo B y Valeriana. Lo que hacemos es escucharlos, orientarlos y ayudarlos a trabajar estos procesos de manera que no afecte su vida y el área laboral y se les da una incapacidad de entre 10 y 15 días”, explica en entrevista

Durante el tiempo de incapacidad, los conductores tienen cita abierta en el departamento de psicología para poder acudir en el momento en que sientan la necesidad de recibir ayuda.

Programa Salvemos vidas, un trabajo de prevención

Desde 2017, el Metro y la Secretaría de Seguridad Pública del entonces Distrito Federal crearon un protocolo denominado “Salvemos Vidas” para la detección y atención de personas que buscan arrojarse al paso del convoy en las estaciones.

Apenas el 1 de diciembre, Yesenia Ramírez, elemento integrante de la Policía Bancaria e Industrial, logró evitar que una mujer de 47 años atentara contra su vida en la estación UAM Iztapalapa de la línea 8.

Relata que el día de los hechos observó a la mujer con actitud nerviosa e incluso, llegaba a sentarse en los bordes del andén.

“Ya se había casi bajado (a las vías), fue entonces que la agarré de su chaleco y la jalé, me comentaba que ya no quería vivir y yo le hice la mención que valía mucho su vida y que no pensara en arrojarse, la tranquilicé y después pedimos el apoyo a un psicólogo”, señala.

Explica que el protocolo “Salvemos Vidas” contempla distintas conductas que son valoradas por los propios uniformados o personal del Metro para actuar de inmediato.

La uniformada, con más de dos años de trabajo en la corporación, cuenta que no es la primera ocasión que evita que una persona se arroje a las vías, también ocurrió en 2020 –en plena pandemia– cuando detectó que una persona se acercó a un puente que da hacia las vías en la estación Coyuya de la Línea 8.

“Ella estaba llorando, tuvo problemas con su pareja y quería arrojarse al paso del tren, yo la contuve, platiqué con ella y hasta le di 50 pesos para su pasaje o que se pudiera comprar algo de comer”, relató.

Asegura que una vida salvada, va más allá de un reconocimiento, pues le deja una satisfacción personal y profesional.

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