Fue justo este convenio, el que catapultó la discusión sobre el efecto de los “nómadas digitales” en la ciudad al acusar que al ser personas que llegan con un mayor poder adquisitivo por los tipos de cambio, tienen una mayor capacidad económica y encarecen la vivienda y servicios alrededor de ellos.
Especialistas y organizaciones plantean que la llegada de este grupo de personas es una manifestación de fenómenos sociales que pueden afectar el acceso a la vivienda como ha sucedido en otras ciudades del mundo –Berlín, Nueva York, Barcelona y Buenos Aires–, entre las que se encuentra un alza en los precios de las rentas de viviendas, que termina expulsando a los habitantes originales, para dar paso a inquilinos con mayor nivel económico y que en muchas ocasiones ha derivado en movimientos y protestas de quienes han sido desplazados.
El Gobierno capitalino aseguró a Expansión Política que el acuerdo cuidará que esto no genere gentrificación pues “busca promover el turismo de barrio en zonas de la capital donde históricamente no se concentra esta actividad” y que su objetivo es distribuir mejor la derrama económica del turismo en beneficio de pequeños prestadores de servicios, artesanos y comerciantes locales.
De acuerdo con la jefa de gobierno se trata de promover “rutas turísticas sociales”. "Están llegando nómadas digitales, obviamente no queremos que esto signifique gentrificación ni aumento de precios, de hecho estamos trabajando en ese tema, sino más bien fue que esta situación que se da se pueda beneficiar gente de la ciudad que quiera hacer rutas turísticas sociales", dijo Sheinbaum en conferencia el 8 de noviembre.
En entrevista con Expansión, Nathan Blecharczyk, cofundador y director de estrategia de Airbnb, también señaló a Expansión que en la Ciudad de México se ha emprendido un piloto que “busca dar con un esquema en el que los nómadas digitales puedan conocer y sumergirse en las localidades mitigando sus potenciales impactos, como el encarecimiento de la vivienda –tanto en renta como en venta– y del costo de vida en general”.
Pero algunos capitalinos ya lo están viviendo, incuso desde hace unos años antes. Sergio González es uno de ellos y lo vivió hace cuatro años, cuando tuvo que dejar el departamento que retaba en Liverpool 9, en Colonia Juárez, cuando la dueña original vendió el inmueble a un grupo de desarrolladores inmobiliarios, en contra de quienes vivió una larga y desgastante batalla legal, que al final termino por expulsar a todos los residentes del edificio.
El vecino y activista de 06600 Plataforma Vecinal y Observatorio de la Colonia Juárez señala que actualmente la mitad de los departamentos en el edificio donde vivió se rentan a través de la plataforma Airbnb.
“De los que compran, la mayoría compra para microespecular, eso lo quiere decir es que solo un 40% compra para habitar, 60% renta de alguna forma: 30% a través de Airbnb y 30% para renta como la conocemos. En la colonia Juárez hay un 30%, si no es que más, de la vivienda nueva o remodelada, que se destina a la plataforma”, dice González.
Un análisis del Instituto de Estudios sobre la Desigualdad señala que alrededor 680,000 hogares en renta se encuentran en la Ciudad de México, y que en alcaldías como Cuauhtémoc, Benito Juárez y Miguel Hidalgo, al menos 4 de cada 10 hogares pagan alquiler, por lo que la oportunidad de recibir más recursos por una vivienda temporal es más atractiva.
El ingreso promedio que genera un departamento que se renta por Airbnb es de 17,000 pesos mensuales, cuando un capitalino gana, en promedio 4.8 veces menos, es decir 3,500 en promedio.
La pandemia de COVID-19 fue un factor determinante en este aspecto. Por un lado, personas fueron desalojadas de sus viviendas tras quedarse sin trabajo, mientras que propició que extranjeros pudieran hacer “home office” en la capital.
Iser J Rabinovitz, CEO en Uliv.mx, plataforma dedicada a administración y hospitalidad en espacios disponibles en Ciudad de México, Tulum, Tijuana y Miami, reconoce que los “nómadas digitales” han representado un impulso al alquiler en aplicaciones de hospedaje temporal, como Airbnb, en la Ciudad de México, en especial en el área central de la capital.
“El tema de los nómadas digitales sí ha impulsado un poco el tema de las cortas estancias, pero también es una realidad que en el mercado que tenemos en Ciudad de México por ejemplo, cerca del 40% de nuestros huéspedes son de la República Mexicana”, comenta.