“Vamos a tener más de un mes de trabajo con alcoholímetro todo el día, todos los días porque hemos visto que el consumo (de alcohol) se concentra durante todo el mes y no solo en las fiestas del 24 y 31”, explicó Pablo Vázquez Camacho, subsecretario de participación ciudadana de la policía capitalina.
Durante la temporada de fiestas decembrinas, personal de participación ciudadana de la Secretaría de Seguridad Ciudadana aplicarán “pruebas amistosas” al interior de bares y restaurantes para que los clientes conozcan su grado de ingesta de alcohol y así puedan tomar la decisión de no manejar en caso de superar los límites permitidos.
Las “pruebas amistosas”, además de ser voluntarias, únicamente son informativas sobre las consecuencias ante la ley y económicas por manejar en estado de ebridad y los uniformados no podrán aplicar alguna sanción.
¿Cómo funciona el alcoholímetro?
De manera aleatoria, personal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y de Tránsito instala puntos de revisión en distintas vialidades, principalmente aquellas que se ubican cercanas a las zonas de bares, restaurantes.
También pueden ser instalados en distintas vías primarias donde haya mayor flujo de automovilistas o transporte público.
Una vez que se llega al punto de revisión, los oficiales piden bajar la ventanilla para hacer unas preguntas y en caso de que detecten que hay alcohol en el ambiente o que el conductor se encuentra en estado inconveniente, se pide orillar la unidad y realizar la prueba de alcoholemia.
Mediante una pipeta, el automovilista debe soplar fuerte a un aparato de alcoholimetría, el cual mide la cantidad del alcohol y en caso de superar .40 ml/l, el médico legista determina la sanción correspondiente.