Muertes de motociclistas aumentan en CDMX a más de un año de licencia especial

El 31 de julio de 2021 arrancaron los exámenes para obtener una de las dos licencias creadas especialmente para motociclistas: A1, para manejar exclusivamente motocicleta y A2, que permite también conducir automóviles. La medida fue lanzada como respuesta a la alta mortalidad registrada en la ciudad.

"Permitirán conducir, de manera segura, una motocicleta en la capital del país", anunció entonces la Semovi.

No obstante de enero a junio de 2022 se registraron 29 muertes más de estos usuarios de la vía que en el mismo periodo de 2021, cuando fueron reportadas 74.

Actualmente, cuatro de cada 10 personas que fallecen por un hecho de tránsito son motociclistas, que ha aumentado cada año desde 2019; en contraste las muertes de peatones han bajado.

Adriana Peña, líder de Motociclistas Unidos de la Ciudad de México, considera que el examen para conducir para motociclistas no ha sido suficiente para garantizar su seguridad y la de los demás usuarios, junto a la falta de medidas para que se respete el Reglamento de Tránsito.

“No se generó un examen que realmente hiciera consciencia, a la gente no le interesa estudiar el Reglamento (de Tránsito) porque tenemos en este momento una autoridad laxa al aplicar la ley, simplemente como ejemplo en el uso del casco.

A esto se añade que el Gobierno capitalino se ha negado a implementar exámenes de manejo automovilistas y la violencia vial que reciben.

“A lo que nos enfrentamos cada vez que salimos en la moto es la falta de empatía, la falta de educación vía también de los demás usuarios de la vía. Hemos exigido que los automovilistas también hagan examen, no nos han escuchado”, indica la activista.

De acuerdo con la propia Semovi, el uso de la motocicleta en la ciudad aumentó un 800% durante los últimos cinco años.

La compra y uso de estos vehículos de dos ruedas se da a partir de una necesidad de transporte pero también de trabajo, con el crecimiento de plataformas de venta con reparto a domicilio como Didi Food, Rappi, Uber Eats y Amazon, que fueron buscadas como una forma de obtener ingresos en especial ante el incremento del desempleo con la pandemia de COVID-19.

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Víctor Alvarado, responsable del área de Agenda Climática y Movilidad en El Poder del Consumidor, señala que la facilidad con que se puede comprar una motocicleta en la ciudad así como las deficiencias en seguridad en algunos de los modelos que se venden son un factor a considerar en la siniestralidad.

“Hoy por hoy gran parte de las motocicletas que se venden en México son para atender estas necesidades de aproximación de viaje y de trabajo pero carecen de estándares mínimos de seguridad, uno de ellos los frenos ABS que pudieran dar cierta estabilidad y mayor tiempo para solventar la situación en la que se pudiera ver comprometida la persona”, explica en entrevista.

Para el especialista, los datos oficiales que apuntan a un incremento en las muertes de los motociclistas se refleja en que el examen y las licencias especiales no han permeado como se esperaba en los conductores de estos vehículos.

Advierte Alvarado que las acciones que se han implementado para la gestión de la velocidad no han sido efectivas en lograr que las personas no viajen a exceso de velocidad.

“La estrategia desarrollada por las autoridades correspondientes que pudiera ser la Secretaría de Seguridad Ciudadana, la Secretaría de Movilidad, incluso la Secretaría de Obras que tiene las atribuciones de las condiciones de la vialidad, pareciera ser que no tienen identificados todos estos componentes y de ahí en adelante comenzar a actuar”, considera.

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Hasta agosto, la Semovi había expedido 11,600 licencias para motociclistas en la ciudad, sin embargo la propia dependencia estimó que en la capital circulaban 500,000 motocicletas en 2021.