Salón Los Ángeles: Pachucos, rumberas, amantes del baile festejan 85 aniversario
Los colores brillantes de los trajes de las rumberas y los pachucos se confunden con los de las orquestas, que celebran, con diferentes ritmos, ocho décadas y media la existencia del lugar.
Parece ser un martes más entre las calles de la colonia Guerrero de la Ciudad de México; sin embargo, es un día de fiesta.
Una ligera lluvia cae sobre la calle Lerdo, refugio de la antigua parroquia de Nuestra Señora de Los Ángeles, al tiempo que se colocan los puestos de comida, algodones de azúcar, pan de feria, y los operadores de los juegos mecánicos que poco a poco se preparan para recibir a niños y familias.
En medio de ese ambiente y entre las vecindades de la zona y negocios se alcanza a ver a lo lejos una larga fila. No es para menos, todos quieren entrar al Salón Los Ángeles, que este año está de fiesta: cumple su 85 aniversario.
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Mientras afuera se celebra la fiesta patronal de la iglesia, en el Salón Los Ángeles se abren los primeros pasos al ritmo de danzón, con la presentación de Felipe Urban y su Danzonera.
“Danzón dedicado al Salón Los Ángeles”, lugar en donde parece que el tiempo no ha pasado, que es refugio de pachucos y rumberas y que a diferentes ritmos marcan sus pasos en la pista de baile. Para este día especial eligieron el mejor vestuario.
Los colores estridentes, las lentejuelas en los vestidos, las plumas en los sombreros de ala ancha, los pantalones bombachos y las cadenas caracterizan a cada uno de quienes acudieron a festejar junto con la Orquesta Pérez Prado, los Reyes del Mambo, el Conjunto África, y la Internacional Sonora Santanera.
Pachucos y rumberas invierten hasta 6,000 pesos en vestimenta
Carlos Bueno, de 67 años de edad y Carmen Aguilera se conocieron en ese salón cuando acudían, en ese entonces con sus exparejas. Ahora están juntos y llevan dos años bailando en Los Ángeles. A ambos se les ve la sonrisa y la felicidad de regresar a ese lugar, que tras dos años de pandemia, no podían visitar.
“Estamos muy contentos porque nos escogieron para bailar en el grupo del Salón Los Ángeles. Estamos bien alegres después de dos años de no hacerlo”, dijo.
“Lo tenemos que combinar, ella tenía un vestido muy bonito blanco con rosa, yo tengo un traje rosa solo le pongo blanco…”, y la conversación se interrumpe porque los llamaron a bailar.
Leoncio Pachuco es invidente, pero nada lo detiene para celebrar. Porta un traje amarillo huevo que lo hace relucir entre los asistentes. Nos dice que tiene cuatro trajes, a cada uno le ha invertido entre 5,000 a 6,000 pesos.
“Yo bailaba en la casa, pero no es lo mismo el ambiente, los aplausos, la gente, escuchar la orquesta en vivo”, expresa el hombre que saca brillo a sus zapatos cada 15 días en el salón.
Los lugares de esparcimiento fueron los últimos avalados por las autoridades para su reapertura derivado de las medidas sanitarias por la pandemia del Covid. Y el Salón Los Ángeles logró sobrevivir a las afectaciones económicas, incluso, logró seguir con el pago a sus empleados.
La maestra de baile Patricia Rivera confecciona su vestuario, al cual le invierte aproximadamente 3,000 pesos, “más la mano de obra”. En su clóset guarda otros cinco trajes de rumbera.
Tiene un gusto por el swing y el paso doble, aunque acepta que este tipo de bailes se están perdiendo.
“Necesitamos hacer más hincapié para que la juventud los conozca, porque la gente no conoce de estos ritmos. me gustaría que tuvieran más difusión las grandes bandas”, expresa.
El Salón Los Ángeles antes se aloja en lo que fuera una maderería, y su nombre se debe a la iglesia localizada a un costado de este lugar. En 1948 el dueño inventó la célebre frase: “quien no conoce Los Ángeles no conoce México”.
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Zapatos de pachuco hechos a mano
Ernesto Hernández, quien lleva 30 años vendiendo zapatos de pachuco y rumbera hechos a mano y a la medida de sus clientes, asegura que después de dos años difíciles por la pandemia, ahora está gustoso de volver a ver a la gente disfrutar del lugar.
El precio del zapato de mujer es de 700 pesos, mientras que el de los hombres sale en 900 pesos. Son hechos de diferentes materiales como el forro, que es de piel o de cuero, van pegados o cocidos. Son hechos artesanalmente
“Ahora hay materiales que me piden y se agotaron, además, de que hay escasez y aumento de precio de algunos materiales”. La inflación se hace presente, aunque no con la fuerza para desanimar la fiesta.
Generaciones jóvenes están marcando historia en el salón
César Rodríguez y su pareja, la estadounidense Olivia Laurienti, acuden cada domingo al salón, es su día favorito porque es cuando hay salsa.
“Ella ya sabía bailar, pero aquí aprendió más. Yo bailo desde los 10 años, comencé en un grupo folcklórico. Es un buen espacio para que vengan los jóvenes, regularmente cuando venimos casi no hay jóvenes, y los martes y domingos son buenos momentos para que acudan”, asegura el hombre de 34 años.
Ambos decidieron acudir a este festejo combinados, como lo hacen regularmente las parejas de baile. Confiesan que sus ritmos preferidos son la salsa y la cumbia.