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Ruta de monumentos y sitios prehispánicos en la CDMX

La historia prehispánica de la capital del país también está en sus calles y basta con caminarlas para descubrir estos vestigios. Estos son algunos espacios que puedes visitar.
vie 13 mayo 2022 06:10 AM
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Desde sitios al aire libre hasta museos, la CDMX está llena de vestigios prehispánicos.

La Ciudad de México está llena de historia, incluso es sencillo tropezarse con vestigios prehispánicos en sus calles, edificios y hasta en el Metro. Estos espacios forman parte del día a día de los capitalinos y a veces pasan desapercibidos, pero ahí están, como un llamado a recordar y aprender más sobre las culturas que habitaron el territorio antes de la Conquista. A continuación te decimos dónde puedes encontrar algunos de estos sitios.

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Templo Mayor

La zona arqueológica del Templo Mayor comprende 1.2 hectáreas. Los interesados pueden visitar el recinto que fuera el centro del universo para los mexicas y que se encuentra en pleno corazón de la Ciudad de México. El Museo del Templo Mayor se localiza en Seminario 8, Centro Histórico, Cuauhtémoc.

Museo de Sitio de Cuicuilco

Fue una de las ciudades más antiguas y prósperas del Valle de México. La hizo desaparecer la erupción del volcán Xitle en el siglo III. Sus vestigios muestran y recrean su notable desarrollo con ejemplos de su escultura, cerámica, ofrendas, implementos cotidianos, indumentaria y religión. Se encuentra en Insurgentes Sur s/n, esquina con Periférico Sur, Tlalpan.

Zona arqueológica de Tlatelolco

Tlatelolco significa "Montículo de arena" y fue el centro comercial más importante del México prehispánico; su nombre en náhuatl se interpreta como Tlatelli, “terraza” o Xaltilolli, que significa “punto arenoso”. Este espacio está en Eje Central Lázaro Cárdenas, Tlatelolco, Cuauhtémoc.

Pirámide del cerro de la Estrella

El sitio recibe el nombre con el que generalmente se conoce al cerro que lo alberga: “Cerro de la Estrella”. Data de la época hispánica por una hacienda que se encontraba en sus faldas con este nombre (Hacienda de la Estrella). Dicha elevación en la época prehispánica tuvo el nombre de Huixchtecatl. Se encuentra en Calzada Ermita-Iztapalapa esquina con Av. Rojo Gómez, Carretera Escénica al Cerro de la Estrella s/n, km 2, Ampliación Veracruzana.

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Zona Arqueológica de Mixcoac

Este importante sitio prehispánico ha sido investigado por más de un siglo. La primera descripción de los vestigios se hizo en 1916, por el historiador Francisco Fernández del Castillo, quien denominó al sitio como Mixcoac, al identificar el topónimo de “La serpiente de nubes” en el Mapa de Uppsala o de Santa Cruz, elaborado en 1550. Su ubicación es Pirámide 7 esquina con Av. San Antonio y Periférico, San Pedro de los Pinos

Cabeza de Quetzalcóatl

A diferencia de las zonas arqueológicas antes mencionadas, este vestigio prehispánico no abarca grandes espacios, pero es igual de interesante. En uno de los polares de la facha del museo de la CDMX se encuentra una cabeza de Quetzalcóatl. Según el registro histórico, este espacio fue dado a Juan Gutiérrez Altamirano, corregidor de Texcoco, por Hernán Cortés. Altamirano lo heredó a su hijo, quien al contraer nupcias decidió construir una vivienda ahí. En 1777 el edificio fue remodelado y se procuró recatar lo más que se pudo de su carácter prehispánico.

Si quieres buscar a esta serpiente emplumada, se encuentra en la esquina de Pino Suárez y República del Salvador, en el Zócalo de laCDMX.

Adoratorio a Ehécatl

En las instalaciones del Metro de la Ciudad de México existen distintas figuras y esculturas prehispánicas, una de ellas es la Pirámide de Ehécatl, que además es la imagen de la estación Pino Suárez.

Ehécatl es una de las manifestaciones de Quetzalcóatl como deidad del viento. Diversas fuentes del siglo XVI hacen referencia a los templos dedicados a este dios.

La escultura que se encuentra por las entradas de la Línea 1 hacia el pasillo de correspondencia con la Línea 2, formó parte de un extenso centro ceremonial mexica.

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El monumento tiene dimensiones de 10.70 metros por 7.60 metros por lado y 3.70 metros de altura. Data del año 1400 a 1521 d.C. y en su núcleo se detectaron algunas ofrendas entre las que sobresale una escultura conocida como “La monita”. Se trata de la representación de un mono (ozomatli) policromado en rojo y negro, porta máscara bucal del Dios del viento Ehécatl, además de dos serpientes: una enroscada en su base y otra que se convierte en la cola del primate.

Acueducto de Chapultepec

Los manantiales de Chapultepec eran vitales para los pobladores de Tenochtitlan, porque el agua del Lago de Texcoco, que rodeaba a la ciudad y al islote, era salada y no servía para el consumo humano. Para conservar el agua de estos manantiales se construyeron albercas y más tarde, para llevarla hasta Tenochtitlan, se levantó un acueducto de carrizo, piedra y lodo.

La obra estuvo a cargo de Nezahualcóyotl, el señor de Texcoco, quien se ganó el derecho de vivir en Chapultepec porque no cobró por la labor. El acueducto era tan importante para la ciudad que fue clave durante la conquista española (1519-1521): tras semanas de enfrentamientos, Hernán Cortés bloqueó el flujo del acueducto; la falta de agua potable contribuyó a la derrota de Tenochtitlán.

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