“ISSA realizó inspecciones y evaluaciones de mantenimiento en 2019 que incluyeron evaluaciones de las columnas, los cimientos de las columnas y las condiciones del suelo; sin embargo, no incluyeron análisis para identificar deformaciones o daños de los elementos estructurales de acero, incluidas las vigas o los marcos transversales.
“La falla en la realización de las inspecciones detalladas al tramo elevado y cumplir con los requerimientos de inspección del manual de mantenimiento es una causa raíz de la falla”, señala el último informe de DNV, el cual no fue reconocido por el gobierno de la Ciudad de México.
Una revisión más fue contratada en 2020 tras el sismo registrado el 23 de junio y la tercera fue licitada el 23 de abril de 2021, menos de dos semanas antes del desplome.
De acuerdo con DNV, a partir de imágenes históricas de Google Street View entre 2017 y 2020, así como una inspección realizada con drones en 2019 en el tramo afectado del puente elevado, ya se podía ver un daño en la estructura de la Línea 12 en la zona del colapso.
“Muestran evidencia de deformación y pandeo de los atiesadores longitudinales de las vigas, deflexión vertical negativa de las vigas y deflexión del travesaño central. Además de las deflexiones observadas, la presencia de la eflorescencia del concreto fue consistente con la deflexión de la viga”, señala.
El análisis de las imágenes de Google Street fue uno de los aspectos rechazados por el gobierno capitalino.