En pobreza extrema por carencias sociales se encuentra el 4.3% de los habitantes de la capital, en contraste con 2018, cuando representaban el 1.7%.
De acuerdo con el Coneval, se considera a una persona en situación de pobreza extrema cuando tiene tres o más de las seis carencias sociales consideradas dentro del Índice de Privación Social: rezago educativo, acceso a los servicios de salud, acceso a seguridad social, calidad y espacios de vivienda, acceso a servicios básicos de vivienda y acceso a alimentación.
También se valora el que esté por debajo de la línea de bienestar mínimo.
Igualmente, aumentó el número de personas que sufren alguna de las seis carencias sociales, con el mayor incremento para aquellos que no tienen acceso a servicios de salud, con el 26.7% de los habitantes en 2020, un 6.6% más que en 2018.
La falta de acceso a una alimentación nutritiva y de calidad fue padecida por el 17.8%, un aumento del 2.6% en dos años.
En contraste, disminuyó la falta de acceso a seguridad social un 2.8% respecto de 2018; sin embargo, aún es una situación que afecta al 40.7% de los habitantes de la capital.