Los conductores deben atravesar tres etapas. Primero, un cuestionario de opción múltiple sobre los derechos y las obligaciones de motociclistas, así como sobre Reglamento de Tránsito, equipo de seguridad y normas básicas de convivencia vial.
A esto le sigue la revisión físico-mecánica de la motocicleta, en la que el usuario debe demostrar el estado de su vehículo, identificar su correcto funcionamiento o fallas, así como conocer las principales piezas —como balatas, frenos, manillar y sistema eléctrico— junto con su función.
El tercer paso es la prueba práctica en uno de los centros evaluadores. Esta puede consistir en cuatro o cinco tareas relacionadas con el equilibrio, frenado y uso de clutch, por ejemplo.
Antonio Padilla, de la alcaldía Benito Juárez, lleva 12 años con la motocicleta como su compañera en el camino.
Aunque cuenta con una de las licencias permanentes emitidas durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador como jefe de gobierno, fue uno de los primeros en acudir para obtener su licencia especial.