Esta baja de pacientes hospitalizados se da también después de que la capital marcó récord en la muertes de personas con COVID-19 por día, con el máximo de 464 personas fallecidas en 24 horas al 27 de enero.
Los decesos también registraron una disminución después de este pico, con el mínimo de 83 muertes al 31 de enero; sin embargo, apenas unos días después se incrementó al pasar de 121 fallecimientos reportados el 2 de febrero a 328 muertes al siguiente día, y a 397 el 4 de febrero.
Para Rafael Bojalil Parra, investigador del Departamento de Atención a la Salud de la UAM Xochimilco, la disminución de las camas ocupadas aún es menor para considerar que la pandemia en la capital está cediendo, pues la ocupación de los hospitales de la ciudad es de alrededor del 80%.
Considera también que los récords de muertes registrados en la capital, además de los egresos de pacientes recuperados, han influido para disminuir la cantidad de camas ocupadas.
Los hospitales siguen saturados, el asunto es que hay gente que ya ni siquiera está buscando dónde ir y además la gente que está llegando a los hospitales son los pacientes más graves”.
Rafael Bojalil Parra, investigador del Departamento de Atención a la Salud de la UAM Xochimilco.
Dar seguimiento para evitar recaídas graves
Xavier Tello, médico cirujano y consultor en políticas de salud, advierte que más allá de ver una reducción hasta el momento sólo se puede considerar una estabilización de las hospitalizaciones tras la ola de contagios ocurrida entre Navidad y Año Nuevo.
“No es una gran disminución de hospitalizaciones. Lo que tenemos de acuerdo a los datos es un pequeño descenso nada más.
“Lo que hay que ver es una tendencia y para eso necesitamos varias semanas de seguimiento. No quiero sonar aguafiestas, pero veo un número que disminuye un pequeño porcentaje respecto a lo que teníamos”, destaca señala en entrevista.