Ese día el total de hospitalizaciones fue de 3,864 e incluso disminuyó tres días después, con 3,742 pacientes de COVID-19 internados en los hospitales de la ciudad y el Estado de México.
Después en la capital se celebró el Día de Muertos el 1 y 2 de noviembre, donde el Gobierno capitalino logró evitar la concentración de personas en los panteones al ordenar su cierre.
Sin embargo, fiestas privadas en condominios, calles y vecindades fueron reportadas, así como la apertura de bares y antros sin autorización, pese a los operativos de vigilancia implementados por el Instituto de Verificación Administrativa (INVEA).
Estos días las hospitalizaciones fueron 3,788 el 1 de noviembre y 3,796 el 2 de noviembre –fechas que comenzaron a marcar el incremento– y fue precisamente una semana después, el 8 de noviembre, cuando se registraron 3,893 hospitalizaciones aumentando 101 pacientes de COVID-19 en un sólo día.
A partir de ese momento el número de personas con COVID-19 que son internadas en el Valle de México ha continuado al alza, teniendo la mayor cantidad de pacientes ingresados el 10 y 11 de noviembre, con 135 y 134 personas hospitalizadas respectivamente.
Aunque este aumento se dio sólo entre 24 y 48 horas después del inicio del Buen Fin, es más posible su relación con las festividades del Día de Muertos, pues el desarrollo de los síntomas y su complicación lleva entre 6 y 10 días.