Pedregal de Santo Domingo no solo se enfrenta a ser uno de los focos rojos de la epidemia en la CDMX, sino también a la urgencia de reactivar su economía.
A unos 300 metros del kiosko médico se instala el tianguis local, donde la venta de cubrebocas y de gel antibacterial se ha hecho tan común como la de frutas, verduras, carnes y pescados.
La necesidad de los vendedores de tener ingresos y de los habitantes de obtener alimentos a precios bajos choca con la instrucción de la jefa de gobierno capitalina, Claudia Sheinbaum, quien ordenó que se suspendiera el comercio en la vía pública en las colonias con más contagios.
Entre los puestos la sana distancia se desdibuja, aunque los comerciantes intentan tomar medidas de prevención: protecciones de hule cristal, caretas y desinfectante de manos.
“Apenas nos dejaron ponernos y a varios ya los están levantando, así no nos dejan trabajar”, se queja un vendedor.
Por las transitadas calles, este lunes es posible observar tanto personas con guantes, careta y cubrebocas como familias enteras sin ningún tipo de protección.
Encuentro Expansión: El impacto económico del COVID-19 en la CDMX