Aunque no fue en extraordinario, la Ley fue aprobada la madrugada del viernes 3 de septiembre y la pregunta que generó consensos entre Morena, aliados y oposición fue:
¿Estás de acuerdo en que a (nombre), presidente/a de los Estados Unidos Mexicanos se le revoque el mandato por pérdida de la confianza o siga en la Presidencia de la República hasta que termine su periodo?”.
Esa pregunta tendrá dos opciones de respuesta: “que se le revoque o bien, que siga en la Presidencia”.
El presidente Andrés Manuel López Obrador confía en que los ciudadanos no lo revocarán. En su mensaje con motivo de su Tercer Informe de Gobierno, afirmó que está “seguro de que la gente va a votar a finales de marzo del año próximo porque continúe mi periodo constitucional hasta finales de septiembre de 2024”.
Encuestas como la de El Financiero muestran si ahora se realizara la revocación de mandato, el 59% de los mexicanos votaría porque el presidente Andrés Manuel López Obrador se mantenga en el cargo. Este porcentaje subió cuatro puntos respecto a un mismo ejercicio realizado en julio pasado.
Ivonne Acuña, académica de la Universidad Iberoamericana, asegura que que ir a la revocación de mandato, y ganarla, le traería beneficios al presidente.
“Tiene una intención política porque al presidente le sirve para fortalecerse, le sirve para fortalecer su imagen, para el presidente en términos políticos, es una cuestión simbólica, estoy aquí porque el pueblo quiere, porque reconoce que estoy haciendo bien las cosas”, sostiene.
Arturo Espinosa agrega que para nadie es un secreto que al presidente le gusta tener contacto con la gente y la revocación de mandato, es justo una oportunidad para estar en campaña, pero también para distraer la atención de asuntos que no caminan bien en el país como la seguridad, migración y economía.
“Si hay alguien que sabe cómo distraer esta atención es el presidente López Obrador”, destaca.