Las dudas en torno de la elección judicial surgen en muchos espacios y actores: entre las autoridades electorales, entre quienes apoyan al oficialismo; entre detractores, pero también entre secundadores, entre quienes apuestan a que sea un proceso fallido y entre quienes están preocupados y ocupados porque pueda calificarse como exitosa.
11 preguntas que alguien tendrá que responder tras el primero de junio

Sea cual sea la posición de cada quien, lo cierto es que inmediatamente después del primero de junio hay una serie de preguntas a las cuales habrá que dar respuesta, ya sea desde la academia, desde las propias autoridades electorales, desde los partidos políticos y, por supuesto, desde los gobiernos federal y locales:
1. ¿Existe la seguridad de que las candidaturas no empeñaron su independencia judicial? Como se sabe, en toda liza electoral los triunfos se obtienen con base en la movilización territorial, no sólo con la bailada en Tik-Tok. La operación tamal no sólo es una simple práctica clientelar, es la garantía de votos en las urnas en las primeras horas de la mañana… y esa movilización, obviamente, es a cambio de algo, un intercambio de favores.
2. ¿Las candidaturas al Poder Judicial representarán a sus votantes? Tremenda confusión. Nada más alejado de la impartición de justicia que un juez que defienda abiertamente los intereses de una persona. No hay mayor signo de parcialidad que ofrecer representar.
3. ¿Cada uno de los votos tuvo el mismo valor y peso en la elección judicial? Aquí la respuesta es clara: no. Más bien la pregunta es si no había otras opciones para garantizar este principio democrático por parte de la autoridad electoral. El Estado de México, la entidad más poblada del país, tiene sólo tres distritos judiciales, en tanto que a la Ciudad de México se le asignaron 11. Disparidad electoral de origen.
4. ¿Cuántos votos se necesitan para declarar que la elección del primero de junio es legítima? En el proceso de revocación de mandato de 2022 participó el 17.77% de la ciudadanía con posibilidades de hacerlo, una cifra menor significaría, en los hechos, una elección fallida.
5. ¿Hasta qué punto afectarán al Instituto Nacional Electoral (INE) los enfrentamientos que ha tenido con la presidenta Sheinbaum y el oficialismo en general? Hay un interés desde el gobierno federal en que las elecciones no sean fallidas, pero eso no ha significado cumplir las condiciones que inicialmente planteó la autoridad electoral. El riesgo de que la imagen del INE se deteriore por achacarle una mala organización del proceso es latente.
6. ¿Cómo explicar el caso vergonzoso de Durango? Se disputan 49 cargos, se registró igual número de participantes. Candidaturas únicas que ensombrecen el proceso que haría de México el país más democrático del mundo.
7. ¿Quién o quiénes son los culpables de que no hayan llegado los mejores perfiles a poblar el “nuevo Poder Judicial”? Acusaciones de relaciones con el crimen organizado, de ser infractores de la ley, de no pagar pensiones alimenticias, de no contar con el perfil idóneo son informaciones verificadas que opacaron el proceso desde semanas antes del día de la votación.
8. ¿Se seguirá hablando de los partidos políticos como un mal que hay que erradicar de las democracias o como un mal necesario que las sostienen? La elección judicial mostró de manera contundente que las funciones que desempeñan los partidos facilitan los procesos de reclutamiento, posicionamiento, selección y elección de quienes asumen puestos de poder o decisión.
9. ¿La elección contribuyó, finalmente, a mejorar la imagen que la ciudadanía tiene sobre el desempeño del Poder Judicial? Entre chicharrones preparados y nombres que emulan caricaturas exploradoras, no hay certeza de que los mensajes que la ciudadanía está recibiendo vía sus redes sociales le hagan construir una mejor imagen de los órganos judiciales.
10. ¿Cuáles tienen que ser las reformas legislativas que sigan para corregir y aminorar las dudas y críticas que hoy se manifiestan sobre la elección judicial ya sea de manera soterrada o abierta? Aquí la situación es si el oficialismo está dispuesto a enmendar y si la oposición tendrá la fuerza suficiente para presionar y negociar.
11. ¿Ir a votar significa validar la captura del Poder Judicial por parte del oficialismo o resulta ser un síntoma de avance democrático? Esta es, quizá, la pregunta más difícil de responder. Importante porque de su sentido depende el que alguien decida acudir o no a las urnas el primero de junio.
Votar o no votar, esa es la cuestión… al parecer.
____
Nota del editor: Javier Rosiles Salas ( @Javier_Rosiles ) es politólogo. Doctor en Procesos Políticos. Profesor e investigador en la UCEMICH. Especialista en partidos políticos, elecciones y política gubernamental. Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.