#ColumnaInvitada | Trump, 2025

En su discurso de este domingo previo a su toma de posesión el presidente electo Trump declaró:

“Mañana, a mediodía, se baja el telón de nuestros cuatro largos años de decadencia estadounidense, y comenzamos un nuevo día de fuerza y prosperidad, dignidad y orgullo estadounidenses, recuperándolo todo de una vez por todas” “Vamos a poner fin al reinado de un establishment político fracasado y corrupto en Washington, una Administración fracasada. No vamos a soportarlo más. Vamos a detener la invasión de nuestras fronteras. Vamos a recuperar nuestra riqueza. Vamos a liberar el oro líquido que está bajo nuestros pies. Vamos a devolver la ley y el orden a nuestras ciudades (El País, 19 enero 2015).

El presidente electo Donald Trump firmará más de 200 órdenes ejecutivas este lunes 20, incluyendo la declaratoria de emergencia nacional en la frontera sur de Estados Unidos, y la designación de los cárteles mexicanos de la droga como terroristas en su primer día como presidente.

Por otro lado, declarará emergencia fronteriza nacional; ordenará al Ejército estadounidense que trabaje con el Departamento de Seguridad Nacional para asegurar completamente la frontera sur y establecerá como prioridad nacional eliminar a todos los cárteles criminales que operan en suelo estadounidense.

El presidente electo Trump cerrará la frontera a todos los extranjeros indocumentados mediante una proclama. También creará grupos de trabajo para la protección de la seguridad nacional con oficiales del Buró Federal de Investigaciones (FBI), el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) y otras agencias para “erradicar por completo la presencia de cárteles criminales”.

Además, el presidente electo reimpondrá el programa “Quédate en México” y pondrá fin al “detener y liberar”, estrategia por la que las autoridades liberan en suelo estadounidense a migrantes de tenidos y ordenará al Ejército construir una nueva fase del muro fronterizo.

Estás órdenes ejecutivas reflejan el interés gubernamental por una mejor gestión de la frontera sur estadounidense, que desde su perspectiva está en crisis.

Interdependencia económica

La economía de México y de Estados Unidos está profundamente entrelazada. El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), implementado en 1994, facilitó el comercio y la inversión entre ambos países. Al igual que la iniciativa de la frontera del Siglo XXI que promueve desde el año de 2001, la agilización de los cruces fronterizos y en general las cadenas de valor transfronterizas. Iniciativa apoyada por gobiernos demócratas y republicanos.

Sin embargo, la nueva administración Trump ha cuestionado la efectividad de este tratado, mediante la propuesta de aplicación aranceles en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Esta nueva situación genera incertidumbre en el ámbito empresarial y afecta tanto a trabajadores como a consumidores en ambos lados de la frontera.

Cooperación en la lucha contra el crimen organizado

La lucha contra el crimen organizado es un desafío que requiere la colaboración efectiva entre México y Estados Unidos. La estrategia militarizada propuesta por Trump podría llevar a un enfoque más agresivo, pero este enfoque por sí solo no resolverá el problema. Es necesario que ambas naciones trabajen juntas para desmantelar las redes criminales y abordar las causas económicas y sociales que alimentan el narcotráfico. Este objetivo fue planteado por el nuevo secretario de Estado, Marco Rubio, en el marco de su ratificación por el Senado estadounidense, lo que refleja la importancia de la colaboración diplomática en lugar de la confrontación.

Desafíos en materia de migración

La administración Trump ha implementado políticas migratorias más restrictivas, generando un clima de miedo tanto en Estados Unidos como en México. La separación de familias y la persecución de inmigrantes irregulares han afectado la movilidad y la seguridad de aquellos que buscan mejores oportunidades.

La gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, designada por el presidente electo Donald Trump como próxima secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, defendió políticas migratorias estrictas durante su audiencia de confirmación en el Senado de Estados Unidos. Tel enfoque ya se esperaba. La interrogante es cómo estas medidas pueden afectar la cooperación diplomática que promueve el Departamento de Estado y su secretario Marco Rubio.

Desde la perspectiva de la secretaria Noem, la situación en la frontera sur del país es como una “zona de guerra” y expresó su determinación de implementar nuevamente el programa de “Quédate en México”. “El presidente y yo hemos hablado extensamente sobre esto y vamos a asociarnos al 100% para reinstaurar el programa de permanecer en México” (Infobae, 17 enero 2025).

Aranceles y proteccionismo

La política proteccionista del nuevo gobierno estadounidense ha llevado a la imposición de aranceles en varios productos, afectando a las economías de ambos países. Esta situación puede generar tensiones adicionales y limitar el comercio entre México y Estados Unidos. Es crucial que ambos países trabajen juntos para evitar conflictos comerciales y fomentar un entorno favorable para el comercio y cuya integración en la región de América del Norte representa cerca del 35% del PIB mundial. Es una alternativa a la competencia e influencia geopolítica de China.

El papel de Texas en las relaciones fronterizas

Texas, como estado fronterizo, juega un papel fundamental en las relaciones México-Estados Unidos. Su economía está profundamente entrelazada con la de México, siendo uno de los principales destinos de exportación. La relación económica entre Texas y México es vital para ambas economías, y cualquier cambio en las políticas de comercio o migración puede tener un impacto significativo en este estado.

La cooperación entre Texas y México es clave para gestionar desafíos en la frontera. Iniciativas que fomenten la colaboración en áreas como la seguridad, el comercio y el desarrollo son esenciales para mejorar la calidad de vida de las comunidades fronterizas.

En suma, los desafíos en las relaciones entre México y Estados Unidos, en el contexto del nuevo gobierno del presidente Trump, son complejos y multifacéticos, abarcando áreas de seguridad, migración, comercio y desarrollo.

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Nota del editor: José María Ramos es especialista en relaciones México-EU Especialista en relaciones México-EU y Profesor del colegio de la frontera norte, Tijuana. Analista de gobernanza, políticas y gestión estratégica para el desarrollo y de la cooperación transfronteriza MexUS./ Dr. en Ciencias Políticas y Sociología por el Instituto Universitario y de Investigación José Ortega y Gasset, España. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.