Para lograr lo anterior, una de las primeras decisiones que podremos apreciar, de ser así, es que las acciones se orienten con un perfil y carácter tecnólogo, en breves y cortas diría que menos política y más tecnología. Los buenos resultados que obtuvo García Harfuch en la Ciudad de México fueron la consecuencia de esos dos enfoques con un componente fundamental: TEC-NO-LO-GÍA. Es urgente una inversión decidida en herramientas que permitan que la decisión política sea por la técnica, por la coordinación efectiva, por la data, por la inteligencia.
Tecnología abierta y coordinación
A diferencia de administraciones anteriores, este plan pone un énfasis especial en la inteligencia y la investigación como motores de la lucha contra la delincuencia. La modernización tecnológica se vislumbra como el gran diferenciador de esta estrategia, dejando atrás enfoques tradicionales de combate frontal.
Otra de las novedades que vemos en esta estrategia y que apunta en la dirección correcta en un momento en el que se vive un recrudecimiento de la violencia vinculada al narcotráfico y a otros grupos del crimen organizado en estados como Sinaloa, Guerrero, Guanajuato y Baja California, la nueva estrategia se apoya en la coordinación interinstitucional como un eje fundamental. La comunicación efectiva entre las diversas corporaciones de seguridad es vista como la única manera de enfrentar estos desafíos. Sin una adecuada coordinación y un flujo de información eficiente, la inteligencia se convierte en un ejercicio ineficaz.
Además, la propuesta del nuevo gobierno es reforzar la presencia de la Guardia Nacional y actualizar la red de radiocomunicación, lo cual permitirá una mejor coordinación entre las diferentes fuerzas de seguridad. Este enfoque busca cerrar la brecha de información que actualmente limita la capacidad de respuesta ante situaciones de emergencia y amenazas del crimen organizado.
Sin datos no hay inteligencia
Un acierto de la estrategia que presentó Harfuch es fortalecer a la Guardia Nacional y es que, en algunos casos, las policías municipales, ya no son suficientes para hacer frente al flagelo que representa el crimen organizado; asimismo, “el segundo piso” de la transformación bien haría en considerar migrar a sistemas de comunicación abiertos, que además permitan el acceso a base de datos como geoposicionamiento personal, grabación de las comunicaciones, transmisión de datos. Todas estas tecnologías al alcance en sistemas de comunicación comercial, también existen en los sistemas de radiocomunicacion de misión crítica con estándar abierto y no en sistemas propietarios obsoletos que solo permiten la comunicación de voz en modo convencional y analógica.
Por ejemplo; Tener acceso al speech to text (voz a texto) permitiría mejorar entre otras cosas mapas del crimen. “Vaciar” la información de la voz al texto y tener georeferenciado a toda la policía; no solo a las patrullas – que suelen ser alquiladas para controlar los robos de las unidades-. Eso nos llevaría a poder contar con data de mapas de calor, rondas de vigilancia y seguimiento; mapeo del crimen. Esta información permitiría tomar decisiones sobre como ejemplo ¿a dónde enviar más elementos y cubrir con éxito zonas de mayor incurrencia delictiva en tiempo real?
Imagínense lo que podría realizar las corporaciones policiales a los diferentes niveles (federal, estatal, municipal) con toda la data que dejaría los sistemas de radiocomunicacion troncalizado de estándar abierto, que permiten transmitir datos, grabación, posicionamiento, transmisión de datos, telemetría entre otras funciones modernas, listas para que los operadores de inteligencia puedan aprovecharlas para las mejores estrategias contra la delincuencia.
Una de las principales propuestas de la estrategia debe ser la modernización de Plataforma México, un sistema de bases de datos y servidores a nivel nacional que, con el paso de los años, ha quedado desactualizado. La actualización de este sistema incluirá la integración de tecnologías de vanguardia como el Big Data y la inteligencia artificial, lo cual permitirá que la información sobre detenciones, infracciones y delitos fluya de manera más eficiente entre las distintas corporaciones de seguridad. Esto facilitará el seguimiento de personas con antecedentes penales en todo el país y mejorará la capacidad de respuesta de las fuerzas del orden.