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#ColumnaInvitada | Ecobici y Ecoparq

Nuestra ciudad merece que ambos programas se sigan apoyando de forma decidida para que sigan beneficiando a miles de personas y sean referencia de movilidad sostenible en el país y la región.
vie 05 abril 2024 06:05 AM
Un usuario de Ecobici en la cicloestación
El sistema Ecobici se ha seguido ampliando en algunas zonas de la ciudad, apunta Bernardo Baranda Sepúlveda.

En febrero del 2010 comenzó a operar en el entonces llamado Distrito Federal el sistema de bicicletas Ecobici y el enero del 2012 el sistema de parquímetros ecoParq. Ambos sistemas vinieron a cambiar e innovar la movilidad en ciertas zonas de la Ciudad de México. En el caso de Ecobici, se tuvo por primera vez un sistema automatizado y bien operado de bicicletas públicas, el cual ayudó a establecer la bicicleta como un vehículo eficiente, no contaminante, accesible y saludable para transportarse.

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En el caso de ecoParq, contribuyó a ordenar el estacionamiento en vía en zonas de gran afluencia vehicular. Como dice el Manual para implementar sistemas de parquímetros en ciudades mexicanas del ITDP escrito en el 2012 : “Uno de los temas clave para reducir el uso del automóvil es la gestión del estacionamiento en la vía pública, herramienta que ha demostrado ser de gran éxito en Europa, Asia y Estados Unidos, y que ha permitido obtener recursos para mejorar el espacio público, la movilidad no motorizada, el transporte público e incluso los viajes en automóvil. Esto resulta de gran relevancia para el contexto de las ciudades mexicanas que día a día se enfrentan a mayores problemas de congestionamiento vial que sólo se empeorarán con el aumento del parque vehicular agudizando los efectos negativos del automóvil al resto de los usuarios de la vía pública”.

Fue así como rápidamente visitantes y residentes de las colonias Polanco, Lomas, Anzures, Roma, Condesa, Nápoles y Florida descubrieron que gran cantidad de automóviles estacionados todo el día desparecieron para dar pie a un sistema de mayor rotación, disponibilidad y pago formal a través de parquímetros, entre otras características del sistema ecoParq. Un acierto y condición para el buen funcionamiento y adopción de este tipo de sistemas es darle preferencia a los residentes que demostraran que no tenían cochera en sus viviendas, así como destinar un porcentaje de lo recaudado a la mejoras en el espacio público de las zona donde opera. Recuerdo ver con gran satisfacción y alegría cómo la glorieta de la Cibeles se renovó a través de este programa que operaba la extinta Autoridad del Espacio Público.

Hace unos días la Semovi, que ahora está a cargo del programa de ecoParq, por fin anunció la posible expansión del sistema y un aumento en el porcentaje de la recaudación por parte de los operadores que obtendrá la ciudad tanto para obras en los polígonos como para la tesorería. Es de celebrarse que se haya logrado este esquema con mayor ganancia para la ciudad y los residentes de las zonas donde opera Ecoparq. Sin embargo, hubiera sido mucho mejor que se hiciera antes y no a unos meses de concluir la administración del actual gobierno de la ciudad. Otro aspecto que me genera dudas es a qué se refiere la Semovi con eso de que se “gestionará la ampliación de cobertura solo en aquellas colonias en las que los vecinos lo hayan pedido”. Es decir, ¿qué metodología se seguirá para determinar qué colonias han pedido los parquímetros? ¿Cómo evitar que sea solamente un grupo de vecinos los que opinen y determinen para toda la colonia? Y quizás más importante ¿no debería ser la política pública en movilidad sostenible la que guíe este tipo de decisiones? El mismo Programa de ecoParq enumera como sus objetivos:

- Reducir el uso del automóvil particular para viajes realizados con destino a zonas de parquímetros.
- Mantener una disponibilidad adecuada de espacios de estacionamiento dentro y fuera de la vía pública.
- Ordenar el estacionamiento en la vía pública, inhibiendo malas prácticas de estacionamiento.
- Mejorar la experiencia de viaje de los usuarios, reduciendo el tiempo de búsqueda de cajón de estacionamiento y la emisión de partículas contaminantes.
- Promover un uso más eficiente del suelo urbano.
- Redistribuir el costo social del suelo utilizado para el estacionamiento de vehículos.

Siguiendo estos objetivos las colonias aledañas a Reforma e Insurgentes, las cuales cada vez tienen más desarrollo inmobiliario y viajes en automóvil, deberían ser sujetas a la ampliación del programa.

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En el caso de la expansión y afortunada renovación del sistema Ecobici se ha seguido ampliando en algunas zonas de la ciudad en las que hubo algunas protestas vecinales, ya que el principio de la política pública debería ser el bien general por encima del particular. Si además le agregamos los beneficios de promover menos viajes en automóvil, un uso más eficiente del suelo urbano, la movilidad activa, mayor equidad en el espacio público, etc., se vuelve aún más evidente la necesidad de su expansión y continuo mejoramiento como parte de una política pública.

Nuestra ciudad merece que ambos programas se sigan apoyando de forma decidida para que sigan beneficiando a miles de personas y sean referencia de movilidad sostenible en el país y la región.

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Nota del editor: Bernardo Baranda Sepúlveda es Ingeniero Civil por la UNAM, Maestro en Ciencias en Gestión de Proyectos de Desarrollo por la Universidad de Manchester y Maestro en Ingeniería del Transporte por la Universidad Técnica de Delft en los Países Bajos. Lleva más de 20 años trabajando en mejorar la movilidad en las ciudades. Actualmente es director para Latinoamérica del ITDP y es profesor en la Maestría de Urbanismo en la UNAM. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

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