#LaCoyunturaEconómica | El caso San Luis Potosí

Las percepciones que muestran estos sondeos son acordes con la mayoría de indicadores que enseña que la economía nacional atraviesa por un proceso de crecimiento robusto. La llegada de inversión extranjera, el incremento de remesas, el dinamismo del mercado laboral y la expansión acelerada de las exportaciones manufactureras, junto con la recuperación de sectores que estuvieron muy golpeados durante la pandemia, tales como el turismo, han ayudado a este impulso.

En este contexto, durante la pasada Convención Nacional Bancaria, las autoridades mexicanas dijeron que a pesar de la volatilidad en los mercados de deuda y capitales, México no enfrenta un riesgo financiero sistémico. El titular de la CNBV subrayó que “actualmente -el sector bancario mexicano tiene- niveles elevados de capitalización, liquidez y su cartera de crédito está en buenos términos”. Por último, el presidente saliente de la Asociación de Bancos de México destacó que el país cuenta con un Coeficiente de Cobertura de Liquidez cercano al 300%, por lo que “tenemos un sistema sólido”.

Sin embargo, pese al entorno favorable, la tendencia nacional no se refleja de la misma forma a nivel regional. Las diferencias locales que prevalecen en el territorio marcan una importante heterogeneidad entre entidades de la República, derivadas principalmente del grado de especialización económica que tiene cada estado. Sirva como ejemplo la región del Bajío, un área geográfica del país que ha sido muy dinámica en las últimas dos décadas. Mientras Aguascalientes tiene una importante concentración en el sector automovilístico por la presencia de Nissan, la geografía de SLP tiene una mejor diversificación.

Para Enrique Covarrubias, economista en jefe de Actinver, “la especialización en manufactura de equipo de transporte que tiene San Luis Potosí (66% de sus exportaciones) hace al estado atractivo para inversiones en logística y transporte. Este concepto representa el 57% de las nuevas inversiones del estado”. Adicionalmente, el citado analista señala que “la alta demanda de trabajadores calificados en los estados del norte también impacta en SLP, toda vez que la tasa de desempleo (5.4% vs 7.5%) y la tasa de informalidad (54.5% vs 55.1%) del estado se ubican por debajo del promedio nacional”.

Es evidente que la entidad potosina ofrece importantes oportunidades frente al momento actual de “relocalización” de cadenas productivas. Su cercanía a Monterrey, Guadalajara y la propia CDMX le brindan una colocación geoestratégica privilegiada. Sirvan estas consideraciones para recordar que el llamado “nearshoring” podrá aprovecharse aún más, si autoridades, empresarios, academia y sociedad, suman esfuerzos a nivel local para potenciar las ventajas que hoy ofrecen territorios específicos. La oportunidad que ofrece el territorio mexicano en su conjunto debe consolidarse desde la óptica y la perspectiva local.

En el caso de SLP, será indispensable que frente a los problemas que enfrentan vecinos como Guanajuato o Zacatecas, se fortalezcan las políticas públicas en materia de seguridad para evitar que se afecten oportunidades. En este mismo sentido, será necesario profundizar inversiones en materia de acceso a agua, tanto para consumo humano como industrial. Tan solo el año pasado, la Comisión Nacional de Agua (Conagua) daba cuenta de que el 82.8% del territorio potosino enfrentaba este fenómeno, con 32 municipios que declararon sufrir de sequía extrema.

Se vislumbran muchas oportunidades, pero también, hay mucho trabajo por hacer.

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Nota del editor:

El autor es abogado y economista, fue diputado federal, senador de la República y aspirante a una candidatura independiente a la Presidencia.