Sin duda, en términos políticos, tres actores salen fortalecidos: el presidente López Obrador, el canciller Marcelo Ebrard y el gobernador Samuel García.
El presidente: López Obrador ha convertido al hombre más acaudalado del mundo en su mejor aliado y ha dejado callados a quienes son proclives a destacar que el gobierno de México es nefasto y que las cosas van mal. Musk será el vocero más valioso del gobierno para llevar el mensaje de que México es un lugar en el que puede invertir y su gobierno uno con el que se puede tratar. Hay quienes daban por hecho que la insistencia de López Obrador de llevar la inversión de Tesla al sur mexicano haría que la empresa se inclinara por Indonesia, Canadá o Estados Unidos, pero el presidente ha podido demostrar que, más allá de su retórica y obstinación, es un hombre pragmático que, si se le presentan los mejores argumentos sobre un proyecto, puede hacer a un lado sus atavismos y respaldar una buena idea.
El canciller: A pesar de que el presidente le asignó a la Secretaría de Relaciones Exteriores la promotoría de la inversión extranjera desde el principio de su sexenio, esta es la primera inversión importante que puede atribuirse a Marcelo Ebrard. Las estrellas se alinearon y se juntaron el hambre y las ganas de comer. Elon Musk necesitaba un lugar en América del Norte para beneficiarse de la ubicación regional y Ebrard una noticia que le permitiera presentarse como un promotor de inversiones, generador de empleos e interlocutor con figuras internacionales ligadas a la prosperidad de México. Para Ebrard como precandidato presidencial, la narrativa de la inversión de Tesla es estupenda y ni Claudia Sheinbaum ni Adán Augusto López la pueden reproducir.
El gobernador: Samuel García apostó su futuro político a la decisión de Musk. Persuadió al empresario y divulgó el interés de Tesla en Nuevo León con la idea de presentar la inversión como un fait accompli. No se dejó intimidar por las expresiones del presidente que señalaban que Nuevo León no era la locación ideal por el tema de la disponibilidad de agua y a cada señalamiento presidencial tuvo una respuesta persuasiva. García aprovechará la inversión de Musk para enfrentar a quienes cuestionan su capacidad de gobernar y su estatura para la elección presidencial en 2024.
Es indudable que todo México gana con la decisión de Elon Musk. Los beneficios concretos y los mensajes que envía al mundo empresarial son muy positivos para la economía mexicana. Quizá haya quienes, con tal de que le vaya mal al presidente López Obrador, hayan deseado que la inversión de Tesla se fuera a otro país, pero aún estos críticos apreciarán el beneficio político de la inversión.