La decisión de impulsar estas acciones proviene de cuatro creencias presidenciales:
La inflación es el enemigo. El presidente está convencido que la inflación es hoy el principal enemigo a vencer por tres razones. En primer lugar, afecta el ingreso de las familias y la resienten particularmente aquellas que son su base de apoyo electoral. En segundo lugar, si los programas sociales tuvieran que mantener el paso a una inflación creciente, se presionarían las finanzas públicas. Y tercero, en la opinión pública no hay tema más volátil que las personas tengan que pagar precios más altos para el sostén familiar semana a semana.
Medidas no convencionales. El presidente se precia de actuar lejos de los convencionalismos. Su forma de enfrentar la pandemia y sus consecuencias económicas o acercar programas sociales a familias necesitadas no se parecen a las dictadas por organismos “conservadores” como el Banco Mundial, el FMI, la OCDE o el CCE. En ese sentido, la libre importación de alimentos es una decisión heterodoxa que alimenta la sensación presidencial de actuar diferente de los demás.
Desconfianza de la burocracia. Para el presidente la gran mayoría de los organismos autónomos y dependencias de gobierno, desde los sospechosos constantes como el INE, Cofece, INAI, Cofepris o CRE, hasta aquellos menos sonados, como Senasica, fueron creados para mantener el status quo, están penetradas por grupos de interés y las decisiones que toman están muy alejadas del bienestar del pueblo. Disminuir el margen de maniobra de estas entidades ha sido una constante del presidente y la lucha contra la inflación es una buena oportunidad para debilitar a aquellas que considera que alimentan el alza de precios.
Desdén empresarial. Quizá la idea de construir el APECIC a partir de empresas y no de organismos empresariales como el CCE o ANTAD haya sido del secretario Ramírez de la O, pero no debió sonar mal al presidente. Salvo en casos excepcionales, el presidente siempre sospecha de las intenciones del sector privado y, en su pensamiento binario, apoyar la economía popular pasa por el sacrificio empresarial. Por eso, desde su óptica, si los empresarios generan quejas por sus decisiones, deben estar en el camino correcto. Los planteamientos del presidente traen consigo oportunidades y retos para los empresarios.