López no paró ahí, desde entonces ha seguido atacando al comunicador, declarar por decreto “que no es un crimen de Estado” y que dicho atentado “le conviene a Ciro y a los dueños de los medios donde trabaja Ciro”.
William Ryan, un psicólogo norteamericano publicó en 1971 un libro llamado “Blaming the Victim" –Culpando a la Víctima–, en el que analiza la tendencia que existe por parte de las instituciones de remitir a la víctima la responsabilidad de haber sufrido un accidente o delito.
Ryan concluye que cuando ello ocurre impide investigaciones serias, acceso a la justicia y la reparación del daño; facilita la reproducción de hechos similares y promueve la impunidad.
López ha sido un presidente con un marcado sesgo partidista, 4 años después del inicio de su gobierno se conduce como el mandatario de algunos, ataca desde el poder, polariza y nunca ha mantenido la investidura presidencial.
Pocas horas antes del atentado a Gómez Leyva, López decía que escucharlo –como también a Loret y Sarmiento– era dañino para la salud; en los últimos cuatro años ha atacado personalmente a comunicadores y medios; en reiteradas ocasiones ha hablado de sueldos multimillonarios de periodistas mediante documentos falsos y violando la ley de protección de datos personales; ha otorgado contratos multimillonarios a periodistas y medios cercanos que atacan a los críticos y en 2019 lanzó una amenaza velada a éstos, al decir que “si se pasan, ya saben lo que sucede”.
Es muy probable que el presidente no haya estado involucrado ni sea responsable del atentado a Ciro, no obstante, es responsable de haber desmantelado la estructura que permitía la protección de los comunicadores; de haber generado un ambiente de violencia contra los medios e impunidad contra los delincuentes; de mentir sobre la información de los periodistas; de ser el presidente de algunos y despreciar a muchos otros mexicanos; de permitir el silencio y la falta de actuación del secretario de gobernación y del fiscal general ante tal hecho y de revictimizar a un periodista que vivió en carne propia el terror de un atentado.
2022 cierra como uno de los años más violentos de la historia, a la fecha este es el sexenio más violento, corrupto e impune que hayamos vivido.
Desde el Observatorio Nacional Ciudadano nos solidarizamos con Ciro, sus seres queridos, así como con todos los comunicadores, activistas, empresarios y víctimas que viven en carne propia la peor crisis de violencia e impunidad que podamos recordar, y condenamos que, mientras ello ocurre, la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana mes a mes salga a presentar, de manera engañosa, bajas y mejoras en materia de seguridad.
La seguridad no se conquista por decreto, a estas alturas es un hecho el fracaso de este gobierno en su objetivo de pacificar al país; si López no quiere heredar una bomba al próximo gobierno urge abandone la politiquería y las mentiras y se ponga a trabajar en favor de la seguridad y justicia para todos los mexicanos.
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Nota del editor: Francisco Rivas es Director del Observatorio Nacional Ciudadano. Síguelo en Twitter como @frarivasCoL Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.