Sin embargo, la capital nacional es la única en donde la autoridad —Secretaría de Seguridad Ciudadana y Fiscalía General de Justicia, coordinadas por el Gobierno de la Ciudad de México que encabeza la Dra. Claudia Sheinbaum— ha desplegado un operativo para desarticular call centers desde donde se cometía este modus que ha ganado visibilidad en los últimos meses.
En el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México hemos identificado 686 apps y sitios web de montadeudas, a partir de reportes recibidos desde todo el país, y contribuido con la apertura de 583 carpetas de investigación.
Aun ante los éxitos de la ciudadanía en coordinación con las autoridades, en 48 horas muchas organizaciones de montadeudas mutaron para seguir operando. Es indispensable entender que los delitos del espacio digital tienen, lamentablemente, una versatilidad amplia y mientras no haya regulaciones en las tiendas de aplicaciones, será imposible contener el surgimiento de nueva oferta fraudulenta.
En un contexto pos pandémico en el que se combinan factores como inflación, desempleo y, del otro lado, reactivación económica vale la pena poner la lupa en los riesgos que este modus representa para quienes emprenden.
Solo el 32.7% de la población tiene acceso a créditos formales, según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera de 2021, por lo tanto, es común que las y los emprendedores busquen préstamos “sencillos” para abrir sus negocios, equiparlos o contar con recursos con fines de marketing o de producción.
El riesgo está en que, sabiendo eso, los delincuentes se hacen pasar por prestamistas y ofrecen dinero sin las condiciones que impone el sistema bancario, como búsqueda en el buró de crédito y revisión de la capacidad de pago.
Lo único que piden las apps montadeudas, a manera de contrato, es que la persona en necesidad económica les conceda acceso a sus contactos, galería de fotos y videos. Toda esa información que extraen de los teléfonos móviles de sus víctimas les da material para luego extorsionar, amenazar y presionar.
Existen varias formas en que este delito se consuma. Hay apps que con solo descargarlas ya inician el proceso extorsivo; en otras se pide un anticipo para otorgar el crédito; algunas más solo depositan una parte de lo acordado y lo cobran completo, y finalmente están las que depositan completo pero de un día a otro incrementan los intereses y plazos de pago sin previo aviso o acuerdo.