En ese entendido, ¿qué herencia recibirá él o la sucesora de López Obrador? ¿Cuál será el margen de maniobra fiscal y financiera del siguiente gobierno? Mi diagnóstico no es favorable.
1. Una crisis sexenal parece poco probable. A pesar de que considero que varios de los fundamentales macroeconómicos del país se han erosionado durante los últimos años, un deterioro repentino en esto parece poco probable. Ello, sin embargo, no supone que los próximos dos años serán sencillos, pues varios riesgos están a la vista: una sucesión que puede complicarse, una elección cerrada que no sea aceptada por el perdedor, el regreso de Trump, una recesión norteamericana, vulnerabilidad en las finanzas públicas, entre otros.
2. Muy estrecho margen de maniobra fiscal para el siguiente presidente(a). A diferencia del presidente López Obrador quien heredó un margen fiscal aceptable, él o la sucesora del presidente enfrentará un panorama mucho más estrecho. Crecientes presiones del gasto derivadas del (irresponsable) aumento del programa de Adultos Mayores y de los subsidios a energéticos, mayor costo del servicio de la deuda, costosos programas de infraestructura, además de fuertes necesidades para sostener a flote a Pemex y CFE, entre otros, limitarán enormemente las decisiones de gasto del siguiente gobierno. López Obrador esquivó el costo político de una reforma fiscal; quien lo suceda no gozará del mismo beneficio.
3. Productividad a la baja. El dato es contundente: la productividad laboral de México cayó 9% durante los pasados cuatro años. Este resultado se puede explicar por ciertas políticas públicas que han incidido negativamente en el mercado laboral, los efectos de la pandemia y el bajo crecimiento económico, entre otros factores. Sin reformas relevantes durante la siguiente administración, el problema se ahondará aún más, condenando a México a una larga década pérdida.
4. Retrocesos en salud, educación y pobreza. El siguiente gobierno heredará un panorama complejo en tres pilares clave de la prosperidad. En materia educativa, según recientes informes de Unicef, Banco Mundial y Mexicanos Primero, se advierte un grave retroceso, resultado de la pandemia y la inacción del gobierno. Asimismo, la desaparición del Seguro Popular y su reemplazo por el fallido Insabi ha dejado a 15 millones de mexicanos sin acceso a la salud. En pobreza, 5 millones de nuevos pobres entre 2018 y 2020, y ahora los efectos de una muy elevada inflación, no auguran resultados alentadores. El peso de decisiones erráticas y presupuestos acotados complicarán aún más el panorama para el sucesor de López Obrador.