En Estados Unidos, por ejemplo, la confianza del consumidor cayó el mes pasado a su nivel más bajo y, según las encuestas, “casi la mitad de los encuestados atribuyen la situación financiera actual del hogar a la inflación”.
Es decir, no hay garantías de que manteniendo bajas las tasas de interés ocurra el crecimiento económico a los niveles que desea Andrés Manuel López Obrador, de 6% al final de su sexenio. De hecho, los economistas cada vez temen más un escenario de estanflación.
Recientemente, UBS proyectó tres escenarios para la economía mundial. Uno de ellos es un periodo de estanflación : alta inflación y poco o nulo crecimiento económico.
El encargado de la política monetaria en Estados Unidos, Jerome Powell, indicó que ve una baja probabilidad de recesión debido a la solidez del mercado laboral y la demanda.
Pero, al ser cuestionado por el Senado de Estados Unidos, reconoció que era factible que las subidas de la tasa de interés de la Fed pudieran propiciar la entrada en recesión de Estados Unidos en algún momento.
En la Unión Europea ya se planteó subir las tasas de interés tras un largo periodo de tasas negativas. Pero, en ‘rebeldía’, países como Turquía, con una inflación anual de 73.5%, mantiene su tasa de interés en un nivel relativamente bajo de 14%.
En su defensa, el banco turco dijo que la inflación está impulsada por los altos precios de la energía, encarecimiento de alimentos y materias primas agrícolas, causados a su vez por eventos geopolíticos externos. Es decir, por efectos temporales sobre la formación de precios, según el comité encargado de las decisiones monetarias.