Pero más que el escándalo por la indiscreción que derivó en la aparición del documento, lo importante es su contenido.
Resulta ser el borrador de una opinión, redactada por el magistrado Samuel Alito, en el que la mayoría conservadora del máximo tribunal estadounidense revela su intención de acabar con el precedente que por los últimos 50 años ha garantizado el derecho federal al aborto en Estados Unidos.
Para los conservadores es un sueño hecho realidad.
Desde la sentencia Roe contra Wade de 1973, el movimiento conservador se ha dedicado a encontrar la manera de revertir lo que consideran anatema a la doctrina conservadora. La anulación de aquella sentencia sería auténticamente la culminación de medio siglo de batalla.
Para el otro lado del espectro ideológico y social, los liberales, el documento se lee como la definición misma de una pesadilla.
Las consecuencias de una decisión definitiva no podrían ser más contundentes. Prácticamente de la noche a la mañana, el aborto sería ilegal en cerca de la mitad de los estados que conforman el país, incluido el enorme estado de Texas.