Abramos los ojos ante la fortaleza que se ha demostrado en hechos recientes como evitar la reforma constitucional energética. Claro que somos opositores porque estamos en total desacuerdo con muchas cosas que están sucediendo. Somos opositores porque no coincidimos con la destrucción del país. Y demos contexto y ejemplos concretos.
Somos opositores a la violencia: porque no simpatizamos con el hecho de que en nuestro país el panorama urbano sea tener muertos, descabezados, desaparecidos, secuestrados y otros crímenes de lesa humanidad. Claro que no simpatizamos con políticas públicas absurdas que no han hecho sino convertir el país en un campo de guerra sin control.
Nos oponemos a la injusticia: porque no podemos confiar en fiscales que inventan delitos, ministerios públicos que fabrican pruebas, jueces que se prestan a perfeccionar los abusos, tribunales que demoran la protección de la que somos titulares todos los ciudadanos. Hay dignas excepciones, pero el problema es real y estructural en la impartición de justicia.
Somos opositores del dispendio: porque no hay forma en que podamos tolerar que el gobierno federal haya desperdiciado más de 400,000 millones de pesos en un capricho como lo constituye el aeropuerto regional de Zumpango. Sin estudios, sin avales internacionales, sin lógica operativa alguna, y sobre todo sin los requerimientos de seguridad específicos.
Nos oponemos al nulo crecimiento económico: porque no estamos de acuerdo en que tengamos a un gobierno que se haya dedicado a eliminar la certidumbre, atacar a los inversionistas, violentar el debido proceso y en general hacer que crecer en nuestro país sea penalizado.
Nos oponemos a la falta de condiciones mínimas en temas de salud: porque nada nos puede doler más que ver desprotegidos a más de 15 millones de mexicanos y miles de muertos, incluyendo menores de edad, por ausencia de tratamientos para cáncer y enfermedades catastróficas.
Nos oponemos al criminal manejo de la pandemia: porque a base de pura demagogia, nula ciencia, y sin aplicar mejores prácticas internacionales, se dejó morir en nuestro país a más de 650,000 personas en forma criminal.
Nos oponemos a la violencia contra las mujeres: porque el gobierno eliminó estancias infantiles, escuelas de tiempo completo, y programas de protección contra la violencia. Se burlan de los movimientos en los que se exige un alto a los feminicidios. Son verdaderamente miserables.
Nos oponemos a la polarización: porque no es permisible que se siga optando por dividir a los mexicanos. Nada más ruin y vil que el mecanismo demagógico y autoritario de cada mañana para provocar división en un país que siempre ha sido unido y que es solidario para enfrentar las crisis.
Nos oponemos a la convivencia con la delincuencia organizada: porque el gobierno al pactar con la delincuencia vio la manera de gestionar triunfos electorales, aunque eso ponga en riesgo la estabilidad democrática. Son responsables del narco-estado que está en vías de gestación.
Nos oponemos al ataque al medio ambiente: porque nuestra tierra, agua, aire, fauna y flora son las víctimas del ecocidio que encabeza el presidente. Quemar combustóleo, deforestar la selva, destruir reservas, eliminar energías limpias, y quebrar ecosistemas es su sello distintivo.
Nos oponemos a la violación de nuestra Constitución: el gobierno federal ha insistido en burlarse de la aplicación de la ley, pasando por encima de la Constitución, sentando las bases de un régimen autoritario y dictatorial.