Desde el inicio de la actual administración federal inició un importante debate sobre la necesidad de que España pidiera perdón a México sobre las atrocidades cometidas durante la conquista. Al filtrarse el borrador de la carta que el presidente planeaba enviar a España, inició una serie de reproches y descalificaciones. El debate se intensificó en el 2021 al conmemorarse el 500 aniversario de la caída de Tenochtitlán, que para muchos en México fue la celebración de la resistencia azteca frente a la invasión española.
Aunado a estas tensiones históricas, las acusaciones de corrupción contra empresas españolas no han cesado particularmente en las áreas de energía, construcción y bancos; y hasta las relaciones diplomáticas se han desacelerado como pudimos observar con el otorgamiento del beneplácito para el actual embajador mexicano en Madrid, y la declaración del presidente López Obrador en la que abogó por una “pausa” en las relaciones con España.
El vínculo entre México y España es estratégico, ambos países encuentran beneficios y seguirán siempre unidos por lazos muy fuertes. Sin embargo, tras 500 años de historia compartida sí resulta importante analizar y solucionar cada uno de los aspectos que incomodan el diálogo frecuente y la relación constante que se había alcanzado.
Del lado histórico, si bien algunos mexicanos piensan como los españoles argumentando que nadie puede pedir perdón por lo que hicieron otros, la realidad es que existen experiencias sumamente enriquecedoras que demuestran lo contrario. La humanidad no es la misma que hace 500 años, hoy decenas de países sancionan a Rusia por invadir Ucrania, mientras que hace apenas un par de siglos las potencias europeas mantenían una competencia colonizadora.
El año pasado Alemania aceptó pagar a Namibia 1.1 mil millones de euros como un reconocimiento oficial del genocidio perpetrado en contra de las tribus Herero y Nama al inicio del siglo XX. Alemania empezó a negociar este acuerdo desde 2015 como un esfuerzo por sanar las heridas de la violencia. El Ministro de Relaciones Exteriores alemán señaló: “Nuestro objetivo era y es encontrar un camino conjunto hacia una reconciliación genuina en memoria de las víctimas”.