Los “tambores de guerra” están sonando ante una probable invasión de Rusia a Ucrania, el miedo se está apoderando de los mercados financieros y las bolsas han caído. Si las negociaciones de paz fracasan, vamos a ver más volatilidad en los mercados pero el nerviosismo va a continuar porque son varios países –entre ellos Estados Unidos e Inglaterra– que han solicitado a sus ciudadanos y personal diplomático abandonar Ucrania.
El conflicto de Rusia con Ucrania no es nuevo; desde hace 30 años con la caída de la Unión Soviética, Ucrania se independiza y las disputas por tratar de recuperarlo se intensificaron desde el 2014 cuando derrocaron al presidente de Ucrania, Víktor Yanukóvich. Estados Unidos apoya a las fuerzas gubernamentales de Ucrania.
Ucrania ha solicitado ingresar a la Unión Europea en 2024 y a la OTAN. Rusia considera geopolíticamente importante tener a Ucrania como parte de la esfera de influencia por lo que ha hecho todo lo posible por intentar sabotear su ingreso a la UE.
Un impacto importante a considerar en caso de que se dé una guerra será el precio de los energéticos, los precios subirán y la Unión Europea al ser muy dependiente de Rusia energéticamente sus empresas van a pagar costos de energía más elevados. Será un reto para el Mundo porque hay problemas generales de inflación y sin duda de estallar el conflicto armado puede mantenerse por más tiempo el aumento en precios.