A pesar de la diversidad y heterogeneidad de los empresarios, se les ve con un mayor compromiso con la responsabilidad social y mejorar el nivel de vida de sus trabajadores.
La hegemonía del neoliberalismo ha terminado por un tiempo y el péndulo político se ha movido hacia los diferentes tipos de izquierda que hay sobre en América Latina. Sin embargo, al parecer el debate ya no es entre capitalismo contra comunismo, el cual ya fue superado hace muchos años, sino sobre cómo se puede mejorar el capitalismo para tener un mundo más equitativo y con mejores niveles de vida para toda la población.
Los empresarios en el mundo ocupan un lugar central en la economía porque son las empresas las que generan la riqueza, y por lo general lo único que buscan es certidumbre en los países para poder invertir. No se debe generalizar que todos los empresarios y empresas han actuado indebidamente por algunos casos aislados.
Por otra parte, la izquierda ha moderado su discurso anticapitalista y se ha movido hacia el centro-izquierda. En Europa le llaman socialdemocracia, y ya no busca terminar con el capitalismo, sino corregir sus fallas y excesos.
En México, se ha demostrado que cuando el gobierno del presidente López Obrador y los empresarios se ponen de acuerdo logran obtener importantes beneficios para la población, como la aprobada reforma de pensiones, que tiene como objetivo mejorar el bienestar de los adultos mayores que cuentan con una Afore y, además, quienes van a financiar dichas pensiones son las aportaciones de las empresas.
Atrás deben quedar los dogmas del "neoliberalismo" y de la "izquierda radical", tampoco es que cada uno abandone su naturaleza, porque al final una democracia se construye con todas las visiones ideológicas.