Un medio tiempo agridulce
Sin duda la pandemia por el COVID-19 frenó en mucho la economía nacional, pero hay temas que impactan directamente a los ciudadanos y no se percibe un beneficio con el morenista en el poder.
El tema más sensible, luego de la pobreza aún lacerante, es el de la seguridad. Desde que López Obrador llegó al poder, hasta el día de hoy y hasta el 30 de octubre pasado se han cometido 103,133 homicidios, esta cifra muestra el trienio más violento en la historia moderna del país.
Entre las críticas feroces que recibe el presidente y su gobierno, están la extraña relación con el Ejército, pues en campaña prometía regresar a los militares a los cuarteles en seis meses y hoy, éstos son su mayor respaldo y tiene más de 210,620 efectivos desplegados a lo largo y ancho el país. Algo que era impensable, hasta para los más recalcitrantes lopezobradoristas.
Hay asignaturas pendientes como aquella promesa del crecimiento anual del 4% en el Producto Interno Bruto (PIB), situación muy alejada a nuestra realidad.
Desde el podio matutino de su rueda de prensa diaria, el presidente gobierna y abre el debate diario. Con temas en ocasiones, totalmente distintos de un día para otro. Una manera de comunicar que le ha funcionado para imponer los temas políticos del momento.
Pero también hay un exceso de protagonismo que lo ha convertido en el centro de atención de todos los mexicanos. Eso beneficia a su popularidad, sin duda alguna, pero también tiene consecuencias negativas, hay un desgaste natural sobre su persona, pues cualquier error que cometa su equipo tendrá que ser pagado en la figura del Ejecutivo.