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#ColumnaInvitada | Bajo los efectos del engaño

La necesidad económica, el deseo por poseer un bien o servicio son empleados por los defraudadores. Los reportes de fraudes que recibe el Consejo Ciudadano registran una tendencia al alza.
sáb 16 octubre 2021 11:59 PM
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Los comerciantes del Centro Histórico son blanco de defraudadores y extorsionadores.

Más de 800 años separan al Caballo de Troya y al préstamo fácil, pero una misma acción los une a la distancia: el engaño.

El enorme equino de madera atrajo y engañó a los troyanos, que confiados abrieron las puertas de su fortaleza a los aqueos. Ahora, la necesidad económica, el deseo por poseer un bien o servicio son empleados por los defraudadores.

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El fraude ha sido, a lo largo de la historia, un delito que se vale de la necesidad de las víctimas, y que adapta los métodos de engaño para, en apariencia, ofrecer la solución a un problema o requerimiento.

Los reportes que recibe el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México sobre fraudes registran una tendencia al alza. Entre 2020 y septiembre de este año suman 13 mil 390 casos. Y desde enero de 2021 presentan un incremento que alcanzó su mayor registro en este septiembre, con 867.

La pandemia colocó a las y los ciudadanos en una doble situación que pretenden aprovechar los defraudadores. Por un lado, el uso de medios digitales y de internet se extendió, y por el otro, el apremio económico en las familias las llevó a buscar opciones de financiamiento.

Mediciones como las del INEGI revelan que en los últimos 5 años más de 22 millones de personas se han sumado a internet; una gran parte de las actividades cotidianas se realizan por esta vía, desde las familiares, sentimentales, laborales o comerciales.

Y es ahí donde los defraudadores buscan desplegar sus artilugios. Los datos del Consejo Ciudadano indican que este año el 31 por ciento de los casos de fraude ocurrieron ante la compra-venta por internet, principalmente de artículos electrónicos o electrodomésticos, vehículos o ropa.

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Este tipo de estafas están encaminadas a crear la apariencia de fortalecimiento en la calidad de vida de las personas y se basan en lo que se conoce como “poner a la víctima bajo los efectos del éter”.

Esta concepción, muy común entre los estafadores, consiste en llevar a la gente a un estado emocional extremo que les dificulte pensar claramente y tomar decisiones racionales; les produce miedo a perder la oferta o urgencia por poseer el bien o servicio.

Experto en fraudes, en la década de 1920 Víctor Lustig llegó a vender dos veces, en diferentes momentos, la Torre Eiffel... ¡como chatarra! Y antes ya había sido capaz de timar al capo estadounidense Al Capone. Su secreto fue ofrecer a sus víctimas la oportunidad única de poseer un trozo del icono francés.

Los defraudadores ajustan su narrativa de acuerdo a las debilidades de las personas, a los anhelos o necesidades que buscan satisfacer. De ahí que el llamado fraude financieras represente el 25% de los reportes que llegan al Consejo Ciudadano, pues los delincuentes aprovechan la urgencia económica para ofrecer préstamos fáciles y rápidos, cuyos intereses cambian y vuelven impagable el crédito.

Incluso, esta modalidad va en aumento en comparación con el año pasado. En todo el 2020 se registraron 190 casos, pero a septiembre de este año sumaban 402, un 111% más.

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Este año hay otros tres métodos de enganche que desde hace algunos años han sido recurrentes: con un 13% de los reportes, el falso pariente que llega de visita y necesita dinero para resolver un conflicto legal en la aduana o de tránsito; con 11% el supuesto premio ganado que para hacerse efectivo requiere del depósito para trámites, y con el mismo porcentaje la fingida petición del patrón o jefe de entregar dinero que le ayude a resolver problemas legales.

Decir que podemos alcanzar una tasa cero de fraudes es tanto como defraudar a las y los ciudadanos. El delito ha existido desde antes del Caballo de Troya y con toda seguridad los estafadores buscarán nuevos artilugios.

Sin embargo, la intervención y articulación oportuna del triángulo virtuoso: ciudadanía-organismos-autoridades permite desmantelar o disminuir las posibilidades de caer en el engaño, al contar con información sobre la forma de operar que ayude a no entrar en los efectos del éter.

De los reportes que recibió el Consejo Ciudadano, dos de cada tres quedaron en tentativa, lo que demuestra los avances en la cultura de la prevención, y 340 se convirtieron en una carpeta de investigación.

El fraude es un delito que se puede evitar, la información oportuna y la toma de decisiones razonas son la clave.

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Notas del editor:

El autor es Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y la Justicia de la Ciudad de México ( @elconsejomx ).

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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