El fraude ha sido, a lo largo de la historia, un delito que se vale de la necesidad de las víctimas, y que adapta los métodos de engaño para, en apariencia, ofrecer la solución a un problema o requerimiento.
Los reportes que recibe el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México sobre fraudes registran una tendencia al alza. Entre 2020 y septiembre de este año suman 13 mil 390 casos. Y desde enero de 2021 presentan un incremento que alcanzó su mayor registro en este septiembre, con 867.
La pandemia colocó a las y los ciudadanos en una doble situación que pretenden aprovechar los defraudadores. Por un lado, el uso de medios digitales y de internet se extendió, y por el otro, el apremio económico en las familias las llevó a buscar opciones de financiamiento.
Mediciones como las del INEGI revelan que en los últimos 5 años más de 22 millones de personas se han sumado a internet; una gran parte de las actividades cotidianas se realizan por esta vía, desde las familiares, sentimentales, laborales o comerciales.
Y es ahí donde los defraudadores buscan desplegar sus artilugios. Los datos del Consejo Ciudadano indican que este año el 31 por ciento de los casos de fraude ocurrieron ante la compra-venta por internet, principalmente de artículos electrónicos o electrodomésticos, vehículos o ropa.