Marván Laborde estimó no obstante que la división que hay al interior de la Sala Superior no se solucionará con la elección de un nuevo presidente o presidenta.
“Yo creo –dijo— que la división ahí estará y se irá solucionando una vez que vayan saliendo los magistrados, que cumplan su periodo. Creo que deben trabajar de acuerdo con la ley por encima de sus divisiones. Es decir, no se puede entender que la conflictividad esté por encima de los intereses de la Sala Superior”.
Agregó que deberán actuar con "grandeza de miras y por la fortaleza institucional", con el fin de sacar los temas pendientes como son las impugnaciones de estados que eligieron gobernador como es Nuevo León, San Luis Potosí y Campeche, “donde sin esa resolución no sabemos quién va a tomar el poder”.
En opinión de Marván Laborde -cuyas líneas de investigación son los Estudios de las Estructuras Judiciales y la Consolidación y crisis de las democracias en el siglo XXI-, el pleno de la Sala Superior deberá conciliar sus diferencias, “no importa que tan mal se caigan en la vida personal”.
La también académica de la Universidad Nacional Autónoma de México puso énfasis en que es indispensable que se retome la institucionalidad.
En Zaldívar está el origen no la solución del problema
Desde su óptica, la participación del presidente de la Corte en un conflicto interno, sólo restó autonomía y credibilidad a la Sala Superior, dado que fue él quien en otro momento “orilló a la magistrada Janine Otálora a que renunciara (a la presidencia del TEPJF), cuando no debió hacerlo”.
A decir de la exconsejera electoral, el ministro Zaldívar no debió haberse involucrado en la resolución del conflicto; “él dice que lo hizo simplemente como mediador pero (….) es una tristeza que los magistrados recurrieran a (esta) mediación".
Marván Laborde exclamó: “ ... Ahora quiere vestirse de gloria porque según él (Zaldívar Lelo de Larrea), solucionó un conflicto. Lo que no se da cuenta es que él está en el origen del conflicto”.