En el caso de EUA, la administración Biden-Harris llega en condiciones muy complejas que obligan al Presidente Biden a enfocarse en la vida interna de su país, minimizando su atención a México, y priorizando agendas como la migración por razones mediáticas.
Adicionalmente, parecen no tener pleno entendimiento del entorno político, ni conocimiento sobre la región de América Latina, particularmente México y Centroamérica, y la relevancia para sus planes de gobierno en EUA.
Un punto muy preocupante es que Biden-Harris es el gobierno más cooptado por las corporaciones sindicales estadunidenses en muchos años. Su influencia ha sido evidente tanto en nombramientos del gabinete como en su narrativa sobre TMEC.
Y más preocupante aún es que esos sindicatos de EUA, liderados por la histórica AFL-CIO, tienen vínculos demasiado cercanos con “activistas” y abogados laborales mexicanos de muy dudosa reputación, como Susana Prieto, quien protegida por la 4T será Diputada Federal.
Esto ha generado, con la proclividad de varios funcionarios, que tengamos ya dos denuncias formales de EUA contra México en el marco del Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida creado en el TMEC. Dos casos poco sustentados, y armados por esos “activistas” mexicanos para la AFL-CIO.