Se abrieron nuevas áreas como el sector servicios y el comercio electrónico, que son actividades económicas que hoy proliferan en todo el mundo. Y más a partir de la pandemia.
También, lamentablemente, el nuevo tratado trajo importantes riesgos para México. Uno muy importante es el laboral, en el que quedó en desventaja México ante la mala negociación de la última etapa, ya a cargo de la actual administración con Jesús Seade como negociador.
A pesar de los riesgos, el TMEC parecía que sería un gran instrumento de activación económica y atracción de inversiones. Un tratado de avanzada a nivel global que serviría también como una herramienta de certidumbre jurídica a los inversionistas.
Sin embargo, la entrada en vigor del TMEC se dio en una coyuntura nada optimista para México, tanto por las características de nuestro gobierno actual, como por las características del nuevo gobierno de EUA, con el Presidente Biden.
Los retos para la correcta implementación del TMEC están probando ser muchos, y profundos. Tanto de lado de EUA como del mexicano. Y estos retos van mucho más allá de la coyuntura de la pandemia.