Es difícil afirmar que fue la corrupción lo que generó este accidente, pero no escapa del conocimiento de los capitalinos que esa línea estuvo plagada de irregularidades desde el inicio. El fantasma de la corrupción seguirá presente en tanto la investigación no sea efectiva.
Por otro lado, esta tragedia también debe ser una llamada de atención para todas las autoridades. Como decía el eslogan del gobierno de AMLO en la Ciudad de México: Por el bien de todos, primero los pobres En un país tan complejo como el nuestro debemos invertir en nuestra gente, en una política social seria que combata las causas que originan la pobreza, y que al mismo tiempo permita el desarrollo económico de sus familias.
La tragedia en el metro nos deja con enormes lecciones. Tenemos que invertir en infraestructura porque un transporte público seguro y eficiente beneficia a las familias con menores ingresos. Debemos valorar el conocimiento técnico porque no basta con la buena voluntad. Es urgente acabar con la corrupción y terminar de una vez por todas con la impunidad.
Y mientras esperamos que la justicia haga su trabajo en la Ciudad, es momento de hacer un llamado a la empatía en nuestros políticos. Sí es momento de exigir cuentas y justicia, de ver por las víctimas y asegurar que tengan la atención médica necesaria. Pero estoy segura de que no es momento de hacer campaña lucrando con el luto de quienes perdieron una parte de su corazón en esta tragedia.
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Nota del editor: La autora es diputada federal, fue presidenta de la Unión Interparlamentaria.
Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de la autora.