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#ColumnaInvitada | La relación EU-Irán: posibilidades para un nuevo acuerdo

En un año electoral en Irán, cualquier negociación con los Estados Unidos y sus aliados se verá inevitablemente afectada por la política al interior iraní.
sáb 17 abril 2021 07:20 AM
iran estados unidos banderas
Una nueva tensión en puerta.

Durante su mandato, el ahora expresidente Donald Trump mostró poca claridad y organización en casi todas las áreas de política exterior, salvo su posición con relación al Medio Oriente. Estados Unidos buscaría acercarse más a sus aliados y se volvería más hostil hacia Irán.

La administración de Trump reafirmó sus lazos de amistad y cooperación con Israel y Arabia Saudita, evitando hacer casi cualquier crítica a sus gobiernos. La nueva cercanía diplomática ayudó incluso a negociar el llamado Acuerdo de Abraham, con el que los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin se convirtieron en los primeros gobiernos árabes en veinticinco años en reconocer a Israel como estado soberano.

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Sin embargo, la política exterior estadounidense en relación con Irán generó mayor incertidumbre, sobre todo en el manejo del programa nuclear de ese país. El Plan de Acción Integral Conjunto, también conocido como el acuerdo nuclear con Irán, fue un convenio internacional que tenía por objetivo restringir el programa nuclear iraní. En su momento, julio de 2015, se logró que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas –China, Estados Unidos, Francia, el Reino Unido y Rusia, así como Alemania y la Unión Europea, firmaran el acuerdo. No obstante, a casi tres años de su firma, en mayo de 2018, el presidente Donald Trump anunció el retiro de los Estados Unidos del acuerdo.

En días recientes, se reunieron en Viena los participantes originales del acuerdo nuclear con Irán. El propósito fue realizar una segunda ronda de negociaciones en un intento por salvar el acuerdo. Se formaron dos grupos de trabajo, y el objetivo fue desarrollar una hoja de ruta para que los Estados Unidos e Irán puedan volver a cumplir con lo pactado en 2015. Sin embargo, existen una serie de situaciones que complican el proceso.

Por un lado, la salida expedita en 2018 de los Estados Unidos del acuerdo genera mucha incertidumbre. Muchos se preguntan, razonablemente, si el próximo presidente de los Estados Unidos ratificará o se retirará de cualquier nuevo acuerdo, como ya lo hizo el expresidente Donald Trump. Si los hechos han demostrado que el próximo presidente puede simplemente retirarse, nada garantiza la validez del acuerdo en el largo plazo. Por otro lado, en Irán habrá elecciones presidenciales este año y hacer concesiones a los Estados Unidos no es exactamente una posición popular en ese país. En un año electoral, cualquier negociación con los Estados Unidos y sus aliados, se verá inevitablemente afectada por la política al interior de Irán y las fuerzas de los partidos y lo que el acuerdo pueda significar para el electorado de ese país.

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Asimismo, las sanciones que se restablecieron con la salida de los Estados Unidos del acuerdo dificultan cualquier negociación en este momento. En 2018, y con el propósito de obligar al gobierno irání a negociar en los términos que el presidente Donald Trump decidiera, se impusieron nuevas sanciones. Esto significó, entre otras cosas, una prohibición a la venta de armas y un embargo económico casi total, que incluyó sanciones a las empresas que hacen negocios con Irán, una prohibición de todas las importaciones de origen iraní, incluido el petróleo, y sanciones a las instituciones financieras iraníes.

Las causas que se citaron como justificaciones para reimponer sanciones fueron más allá de la existencia de un programa nuclear en Irán. El gobierno de Donald Trump argumentó que eran necesarias estas sanciones debido al supuesto apoyo, de forma constante, a muchos grupos terroristas por parte de Irán. Según informes del Departamento de Estado, Irán financia, entrena y arma a Hezbollah y otras fuerzas chiitas en Siria, pero también proporciona armas, entrenamiento y financiamiento a Hamas y otros grupos terroristas palestinos. Como parte de cualquier acuerdo, Irán ha solicitado que los Estados Unidos levante las sanciones adicionales. Sin embargo, podría ser bastante complicado para el nuevo presidente estadounidense, Joe Biden, desvincular estas sanciones de los apoyos que Irán continúa otorgando a grupos terroristas. Se necesitarán evaluar todas las salidas posibles para evitar estos temas, y aún así, lograr levantar sanciones a instituciones importantes, como lo son el Banco Central de Irán, y la Compañía Nacional de Petróleo Iraní.

No todo está perdido, y las probabilidades de llegar a un nuevo acuerdo son altas. Todos los actores involucrados tienen algo que ganar. Primero, y lo más importante, sería detener el desarrollo del programa nuclear iraní. Cualquier nuevo acuerdo obligaría a Irán a someterse a inspecciones internacionales. Del otro lado, Irán necesita que se levanten las sanciones para comercializar su petróleo, más en un momento en el que los precios del barril continúan al alza.

Por ahora, en los primeros acercamientos, Irán ha insistido en que Estados Unidos ya no es miembro del acuerdo nuclear. Por lo tanto, Washington debería de volver a cumplir con el acuerdo antes de poder ser un actor en las conversaciones. Ante ello, funcionarios del Departamento de Estado de los Estados Unidos han señalado que estas opiniones arrojan dudas sobre si el gobierno iraní tiene realmente la intención de volver a cumplir con las condiciones del acuerdo. Por su parte, Estados Unidos argumenta que Irán debería volver a cumplir con el acuerdo antes de que Estados Unidos se reincorpore al mismo.

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Si bien esto parecería generar un impasse, las llamadas conversaciones de proximidad se diseñaron para proporcionar un plan paso a paso para que ambas partes regresen gradualmente al acuerdo. Se establecieron dos grupos de trabajo, uno para identificar las sanciones que Estados Unidos deberá de levantar porque fueron impuestas después de su salida del acuerdo en 2018 , y otro, para discernir los ajustes que Irán deberá de hacer a su programa nuclear para volver a cumplir con los términos pactados en 2015.

Sin el acuerdo, es probable que Irán continúe construyendo su programa nuclear, e Israel y Estados Unidos utilicen una combinación de sabotaje y ataques militares para continuar debilitando el programa.

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Nota del editor: La autora es profesora investigadora de la Escuela de Comunicación en la Universidad Panamericana.

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de la autora.

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