La vacuna nacionalista
El daño a la farmacéutica ya está hecho. Pero, ¿será que es un tema 100 por ciento científico y de prevención?, ¿o existe una situación política con el demérito a la vacuna?
Desde hace un año, en todo el mundo, hemos sido bombardeados por una serie de falsas noticias que tenían que ver con el contenido de las dosis de las vacunas que algún día habrían de aplicarnos. Desde el robo de líquido de rodilla en los hospitales, la utilización de fetos humanos o la modificación en el ADN de la raza humana para que los gobiernos controlen a los ciudadanos, entre muchas otras, todavía más descabelladas.
Todas estas polémicas teorías de conspiración han mermado el ánimo de millones de personas para ser vacunadas. Sumémosle algunas voces de líderes religiosos que han pedido “en nombre de Dios” que la gente no sea vacunada. Se ha cometido un crimen de desinformación en el que lamentablemente hemos visto caer, hasta personas que pensábamos tener cordura y educación suficiente para no propagar estas patrañas.
Pareciera que a todas las farmacéuticas que han invertido en crear un antígeno contra el COVID-19 les ha tocado su polémica. Quizá la que más recibió críticas (sin ningún tipo de fundamento clínico) fue la rusa Sputnik-V que en redes sociales fue conocida como “la vacuna mala”.
Luego, el laboratario de Pfizer se enfrascó en una pelea con diversos países, incluyendo México, por el retraso de la llegada de las dosis. En ese tiempo, el formato de distribución internacional COVAX se criticaba porque la mayoría de las dosis estaban en Israel, donde incluso vacunaban a gente ¡en bares!
Sin olvidar la Moderna, que está destinada solo para norteamericanos, dicho por autoridades de los gobiernos de Donald Trump y el de Joe Biden.
Este golpe a la confianza de AstraZeneca, quizá, podría deberse a lo que llaman “nacionalismo de las vacunas”, el cual supone que existe un conflicto con la farmacéutica luego de ser la elegida por el gobierno del Reino Unido. El primer ministro de aquel país, Boris Johnson, anunció la aplicación inmediata de más de 100 millones a los ingleses, “orgulloso” de que los creadores fueran la universidad de Oxford y que la compañía con que se alió sea inglesa.
Luego del Brexit, el divorcio económico que vivieron el Reino Unido y la Unión Europea, la vacuna AstraZeneca podría haber quedar en medio de rencillas políticas y diplomáticas.