La “lógica”, según ha dicho, es que los países como México no pueden aumentar su gasto durante la pandemia porque se endeudarían y pagarían muchos intereses.
Lo malo es que cada vez se junta más evidencia de que esta “lógica” es completamente ilógica. La última pieza de esta evidencia proviene de un reporte publicado hace unas semanas por OXFAM . En él, la organización es terminante: los gobiernos tienen elección. La desigualdad creada por el COVID19 es evitable. No importa qué tan pobre sea un país, los gobiernos tienen alternativas para ayudar a su gente.
El Banco Mundial secunda a OXFAM . Según sus investigaciones, si los gobiernos empiezan desde ahora a adoptar medidas para reducir la desigualdad, la pobreza creada por la pandemia podría volver al nivel previo a la crisis en tres años. De otra manera se tardará más de una década en volver al nivel que teníamos en 2019.
La falacia de López Obrador es pretender que la única forma de apoyar a los pobres era incurriendo en deuda. No lo era.
Al menos había tres distintos caminos: (i) reducir el gasto en otras áreas de gobierno para canalizarlo a apoyos para personas desempleadas, (ii) cambiar el enfoque de los programas sociales existentes para apoyar a quienes estaban siendo más afectados por la pandemia, y (iii) aumentar los impuestos a los ultra-ricos para crear partidas especiales de apoyo.