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Aturdidos

El infortunio de que un ser querido se contagie, se complique o fallezca, trastoca nuestra comprensión de la pandemia, le da un significado dolorosamente personal que ningún indicador puede comunicar.
mar 26 enero 2021 11:59 PM
hospitalizaciones cdmx
Familias suman y suman contagios de coronavirus.

Según las cifras oficiales de ayer, van 1.77 millones de contagios y poco más de 150 mil defunciones acumuladas por Covid-19 en México. Pero así, sin mayor contexto, esa información no dice gran cosa. Sabemos que están subestimados; que su distribución geográfica, por grupo de edad o de ingreso, es muy desigual; que lo recomendable es ponderarlos conforme a tasas por determinado número de habitantes.

Sabemos, también, que las capacidades hospitalarias varían significativamente entre las distintas entidades federativas; que el número de camas disponibles es un indicador problemático; que el porcentaje de fallecimientos entre pacientes hospitalizados cambia mucho dependiendo del tipo de hospital en el que se atienden. Y sabemos, además, que la mala fortuna de que un ser querido se contagie, se complique o fallezca, trastoca por completo nuestra comprensión del virus, la dota de un significado dolorosamente personal que ninguno de esos números puede comunicar. Aturde.

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Con todo, los indicadores sí sirven para consignar la evolución de la pandemia, para evaluar la eficacia de las medidas que se adoptan para contenerla o mitigarla y –esto es lo que más me interesa recalcar– para dar cuenta de la magnitud del desafío que representa.

A nivel mundial ya se registraron más de 100 millones de casos y 2 millones de muertes. ¿Es una exageración decir que tal vez estamos ante uno de los desafíos logísticos más grandes que ha enfrentado la humanidad en toda su historia? Por la cantidad de recursos y la capacidad de organización necesarios para enfrentar esta crisis, con su infinidad de complejísimas consecuencias, creo que no. O no tanto. Nunca antes se habían desarrollado vacunas en tan poco tiempo. Aunque sea difícil valorarla durante la emergencia, se trata de una hazaña absolutamente formidable. Pero es apenas el principio, porque “lo que salva vidas no son las vacunas, es la vacunación” ( Ezra Klein ). Da esperanza percatarse de lo que ha conseguido la ciencia; da vértigo pensar en todo lo que falta todavía para que ese logro se traduzca en una inmunidad generalizada a nivel global. Aturde.

En México, por lo pronto, vamos mal y tarde. Somos el onceavo país más poblado del mundo. En cuanto a contagios por Covid-19, el treceavo (aunque el hecho de que seamos el primero en tasa de positividad, porque somos de los últimos en cuanto al número de pruebas que hacemos, pone muy en entredicho la verosimilitud de ese dato). En cuanto a muertes por Covid-19, somos el cuarto (solo detrás de Estados Unidos, Brasil e India). Y en cuanto a vacunaciones, estamos en el lugar 46. [1] Tras casi un año del primer caso confirmado, no hemos podido ponernos de acuerdo sobre cómo medir nuestro desempeño.

Las autoridades cambian las categorías, manipulan las gráficas, comparan con otros países cuando el resultado les conviene y dicen que es de mal gusto comparar cuando no les favorece. Los medios rara vez se toman la molestia de poner las cifras en perspectiva, de ahondar en los detalles y complicaciones detrás de cada indicador, de ofrecer una pedagogía cuantitativa. Y la gente… bueno, la gente está padeciendo los estragos. Tanta conferencia cansa, tanta cifra confunde, tanta saturación asusta. Aturde.

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No deja de resultar sorprendente, sin embargo, cuán desentendida está la clase política de su responsabilidad, cuán entregada a sus asuntos de siempre, como si nada. Los lances del presidente contra el INE, el INAI, la prensa; la irrelevancia del Congreso; la debilidad de las oposiciones; la fragilidad de los contrapesos; la frivolidad de las campañas. Ante una catástrofe sanitaria de proporciones insólitas, sobra politiquería y falta visión de Estado. ¿Cómo es que prevalece el business as usual, la indiferencia, la precariedad, incluso la vileza en medio de semejante zozobra? No lo sé, pero la pregunta misma desconcierta. Aturde.

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[1] La referencia para estas cifras es el portal Our World in Data: https://ourworldindata.org/coronavirus .

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Nota del editor:

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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