De las 1,029 reservas presentadas en la discusión de la semana anterior, la mayor cantidad (192) se dirigió al Anexo 1 del dictamen, que hablaba sobre el gasto neto total. El siguiente número más importante de reservas se concentró en el tema de erogaciones para la igualdad entre mujeres y hombres (36), seguido de recursos para la atención de niños, niñas y adolescentes (30) y trasferencias a entidades (18). Naturalmente, el mayor porcentaje de reservas provino de la oposición (33% del PAN, 22% del PRI, seguidos por 15% de MC).
Al final de una discusión ininterrumpida de 20 horas, se aprobaron únicamente nueve reservas (la mayoría presentadas por legisladores de Morena), en temas educativos principalmente.
Con este resultado, puede decirse que los diputados de oposición evidenciaron los escasos recursos de negociación que actualmente tienen sus partidos frente al gobierno federal. Asimismo, esta discusión dejó ver que la Alianza Federalista (con todo y su presión mediática y su amenaza de hacer consultas) fue insuficiente para convencer a Morena y sus aliados de modificar el presupuesto en favor de las entidades.
Después de un largo periodo de aprendizaje democrático, algo que nos ha quedado claro a los mexicanos es que la representación política no se agota en las urnas. Para que una democracia funcione, es necesario que en los congresos ocurra un fenómeno llamado deliberación. Es decir, que las fuerzas políticas representadas en la asamblea discutan los asuntos de interés público de manera tal que las decisiones finales sean producto del diálogo, el intercambio, el convencimiento y la negociación en favor de los ciudadanos.