El proceso de desarrollo económico requiere que las instituciones –entendidas como el conjunto de reglas que organizan y articulan las interacciones económicas, sociales y políticas entre los individuos y los grupos sociales y diseñadas para restringir el comportamiento de los individuos– maximicen la riqueza y utilidad.
El proceso electoral en EU está demostrando que un presidente puede mandar al diablo a las instituciones –en caso de que Trump no acepte su derrota después de que se agoten todos los proceso legales para que la elección sea válida. Lo mismo ha ocurrido en México, a veces los políticos mandan al diablo a las instituciones con tal de llegar a tener el poder.