En materia política: en un país plural, diverso, complejo y grande como lo es México, se debe apostar a que los institutos políticos funcionen con gran vigor para que en los mismos se logren catalizar las mejores propuestas electorales y programáticas, dando así cabida y respuesta a todos los reclamos de distintos sectores sociales, económicos, gremiales, étnicos, etc. Es en ese oficio de interacción y plena convivencia democrática que se gestan las mejores alternativas posibles para amalgamar intereses y decisiones. Si en lugar de ello se apuesta permanentemente a la descalificación y al enfrentamiento, entonces lo que pasa es que se fractura el funcionamiento del Estado mismo, minando posibilidad de avanzar a cada vez mejores estaturas de definiciones y resultados para el país.
En materia social: también es importante que a nivel de la sociedad en general se comprenda que la resolución de diferencias, la determinación de mejores decisiones, la búsqueda de intereses legítimos, la procuración de beneficios, y en general la obtención de satisfactores se debe realizar tomando en cuenta que los particulares debemos encauzar todas nuestras demandas a través de las distintas instituciones que se diseñaron y derivan de un sofisticado entramado Constitucional y legal. El respeto al derecho ajeno, la vigencia del Estado de Derecho, y la profunda defensa de libertades son todas partes de un sistema democrático funcional. Si en su lugar se opta desde Palacio Nacional por estigmatizar, impulsar una ola de descalificaciones, enfrentamientos, divisiones y un claro desapego al orden básico de convivencia legal, entonces el resultado bien puede generar un rompimiento social puesto que se derrumban las bases de como coexistir en las diferencias.
Así las cosas hoy en nuestro país. Un panorama bastante desolador porque no se ve luz al final del túnel, si acaso un ferrocarril en sentido contrario. Y la receta es relativamente simple, los mexicanos nos debemos acostumbrar a vivir dentro del marco que la Constitución Política y las leyes que de ella emanan suponen. Ni más ni menos. Y esto pasa por reconocer, fortalecer y dejar que operen todas las instituciones que requieren hacer su trabajo para que como engranes de una gran maquinaria generen un país justo, en orden, con paz, inclusivo, y en general de resultados y progreso.
Cualquier persona que sugiera o suponga que es su voluntad o arrestos lo que puede hacer que el país funcione y que las instituciones y/o las leyes le estorban nos está mintiendo abiertamente y no merece credibilidad alguna. Que no se nos olvide que los países que en el mundo realmente han progresado para beneficio de toda su población (particularmente de los que menos tienen y más olvidados están) han sido los que hicieron a un lado el caudillismo y la demagogia, y le apostaron en forma decidida al funcionamiento institucional. Ahora, la pregunta es si en México finalmente nos atreveremos a ir por esa vía. Hablemos y razonemos la importancia de apostar por dicha opción, particularmente en cuando a la cita que supone la elección del 6 de junio de 2021. Ahí es cuando esta alternativa será real y se pueda corregir el rumbo de auto-destrucción en el que lamentablemente nos han llevado hoy en día. En Sí por México ya hicimos la apuesta institucional y programática. Te esperamos a tí y a todos tus conocidos en www.sipormexico.org
Es por México.
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P.D. A la hora de escribir este artículo no conozco el resultado de la elección en EUA. Por el bien de ese país y de todo el mundo, espero que haya un resurgimiento de la cordura, el sentido común, y la sensatez, procurando que no pueda renovar su mandato un populista, xenófobo, racista, misógino e impresentable como lo es el Sr. Trump. Independientemente, es hora de vernos al espejo para tampoco permitir semejantes extremos de superficialidad en México. Hay que ya cerrar ese triste capítulo, pero a la vez reconociendo que no se puede tener un sistema capitalista extremo en que la justicia social no se haga cargo de cerrar la brecha económica, social, educativa, de justicia y de infraestructura. Se requiere una democracia sólida, inclusiva y plural. No volvamos a cometer los errores del pasado. Otro México sí es posible.
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Notas del editor: Juan Francisco Torres Landa es Miembro Directivo de UNE.
Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.