La toma de decisiones del poder público se ha centralizado en una sola persona, el titular del ejecutivo federal. Esto, cada día nos acerca peligrosamente al autoritarismo, por lo que se requiere de una oposición responsable y de voces que hagan eco a las necesidades de la sociedad.
Es ahora cuando la oposición debe estar unida, incluso más allá de colores. No se trata de dividir o de atacar cualquier decisión que provenga del ejecutivo federal el compromiso está en buscar mejores condiciones para las y los mexicanos.
Sin duda, el regreso de Ricardo Anaya a la vida pública, es señal de que las cosas pueden ser mejores, sobre todo después de dos años perdidos del gobierno actual. Como oposición responsable debemos analizar que será mejor para México y no sólo palomear las decisiones del ejecutivo federal. Tenemos un compromiso con los mexicanos y ese es, tener un mejor país. Desde la oposición, se necesita urgentemente sumar esfuerzos para generar un cambio positivo e inteligente, ser una opción real.
Es vergonzoso como hace unos días, el Presidente de la República declaró que no dará tregua a la oposición, cuestión que es alarmante porque no da cabida a los pesos y contrapesos que cualquier Estado democrático debe tener. Lamentablemente, desde el inicio de este gobierno, la estigmatización entre “buenos y malos” o “liberales y conservadores”, son una constante.